martes, octubre 25, 2011

"Un Marx desconocido: la Deutsche Ideologie"(III)


 Por Nicolás González Varela

Folio de "Die Deutsche Ideologie", 1845
 
“Siamo noi marxisti? Esistono marxisti?
Buaggine, tu sola sei immortale…
Eppure cosí è: tutti sono marxisti,
un po', inconsapevolmente.”
(Antonio Gramsci, 1918)



“¿Podemos recolectar toda la obra
de Marx y Engels (o copias de ellas)?
¿Es una tarea realizable?”
(carta de Lenin a Riazanov, 1921)
El patrimonio literario inédito de Marx sufrió, de parte de sus herederos, un auténtico maltrato. Algunos capítulos sueltos de la Die deutsche Ideologie fueron apareciendo sin criterio editorial alguno, aquí y allá, en diversas publicaciones del partido-guía del proletariado mundial, el SPD alemán, que era el albacea absoluto de la herencia literaria de Engels y Marx, incluyendo su valiosa biblioteca personal.[1] En 1896 el político liberal ruso Peter von Struve reproduce, en la revista teórica marxista creada por Kautsky, la mítica Die neue Zeit, bajo el título de “Dos documentos desconocidos de Marx de la década de los cuarenta”,[2] algunos párrafos del capítulo IV del II volumen, los escritos contra Grün, “Karl Grün: Die soziale Bewegung in Frankreich und Belgien…” de la Die deutsche Ideologie aparecido en el periódico socialista verdadero Das westphälisches Dampfboots en agosto y septiembre de 1847.[3] El otro documento que presenta es la “Circular contra Kriege” de 1847, que luego publicaría Mehring. El contexto en el cual los presenta Struve es la reconstrucción de la prehistoria del wissenschaftlichen Sozialismus, del Socialismo científico, ahora coronado como sistema.[4] El dirigente socialdemócrata y padre del Revisonismus Eduard Bernstein, que poseía la mayor parte del manuscrito tal como se lo había entregado Engels en el verano de 1883, publicó un sugerente artículo donde menciona brevemente la Die deutsche Ideologie, sin nombrarla, también en Die neue Zeit,[5] en el cual la califica, como Engels, de un trabajo de frescura juvenil pero sin límites racionales, un texto imposible. Bernstein concluye que es un trabajo de mera Selbstverständigung, reduce la mayoría del texto a una parodia satírica (satirische Persiflage), llena de humorismo contra una tendencia política-filosófica que ya no existe históricamente, cuya vigencia se reduciría a la polémica con Karl Grün.[6] Para quién desconozca su papel, Eduard Bernstein era reconocido como uno de los marxistas más destacados de su época, junto a August Bebel y Karl Kautsky; y el autor de un ensayo de apenas doscientas páginas, Die Voraussetzungen des Sozialismus und die Aufgaben der Sozialdemokratie, publicado en marzo de 1899 (traducido al español como Las premisas del Socialismo y las tareas de la Socialdemocracia),[7] que inició el llamado Revisionismusdebatte, en el cual se cuestionaba desde posiciones idealistas neokantianas lo que se conocía de la teoría de Marx in toto: desde el Materialismo histórico hasta el papel de la Dialéctica. Ahora, este ejecutor del testamento científico-literario de Engels y Marx, y en posesión de importantes partes de su Nachlass, declaraba que no creía en el método ni en la concepción materialista de Engels y Marx, reducía la Kritik de la economía política de Marx a una copia escolar de David Ricardo, sostenía que la teoría de la plusvalía estaba de más, que la teoría de la concentración capitalista y la del empobrecimiento relativo eran errónea y que no existía para la Socialdemocracia ningún Endziel, ningún objetivo final (Comunismo): lo único real era el Bewegung, el “Movimiento” reformista práctico, la ampliación gradual de los derechos políticos y sindicales de los trabajadores.[8] Es éste Bernstein el que controlaba muchos textos desconocidos marxianos, y que no tenía dudas a la hora de censurar y editar según las necesidades políticas coyunturales del “Movimiento”, la Raison de parti o sus caprichos ideológicos, el Nachlass de Engels y Marx.[9] Bernstein… ¡“corregía” a Engels y Marx! El Revisionismus de Marx se basaba en una edición mutilada, controlada y manipulada de su obra, y no es casualidad que surgió vigorosamente a partir de la muerte de Engels. Marx no había “impregnado” de ningún modo a la socialdemocracia de la época, y además, la misma socialdemocracia impedía u obstaculizaba su difusión y adecuada recepción. El Marx mutilado e incompleto es una de las premisas ideológicas elementales del Revisionismo y de la vulgata en torno a Marx, funcional al “cretinismo parlamentario” práctico[10], una estructura conservadora de funcionarios de partido, sindicatos afines, diputados parlamentarios y representantes de administraciones regionales y locales. La praxis reformista y social-liberal del SPD exigía un Marx descafeinado, o mejor: ningún Marx. En el caso de la Die deutsche Ideologie en particular, Bernstein le da un uso muy puntual a su información privilegiada que se encuentra en esta obra, en artículos ya sea formativos o de polémica, a lo largo de los años 1896-1900, como por ejemplo a propósito de la crítica al individualismo posesivo de Marx Stirner, citando el capítulo IV del segundo volumen de Die deutsche Ideologie; o en un artículo sobre la relación entre Marx y Grün, en el cual utiliza profusamente el manuscrito en varios lugares del texto.[11] Finalmente Bernstein realizará un esfuerzo editorial más formal, publicando junto con La Sagrada Familia la crítica de Marx al egoísmo posesivo radical de Stirner, es decir el capítulo III “Sankt Max”, que forma parte del primer volumen de la Die deutsche Ideologie.[12]

El primer esfuerzo serio aunque desigual por recuperar al Marx desconocido provino del biógrafo ocasional de Marx, el socialdemócrata de izquierda Franz Mehring, a través de unas obras escogidas: Aus dem literarischen Nachlass von Karl Marx, Friedrich Engels, und Ferdinand Lassalle[13] publicado en 1902, aunque se trataba no tanto del Nachlass en sí mismo, como de trabajos juveniles publicados de Marx entre julio de 1844 y noviembre de 1847, y finalmente de una selección de la correspondencia de Engels y Marx con el dirigente Ferdinand Lassalle. De los textos perdidos de Marx aparecían sus artículos en el diario socialista parisino Vörwarts!,[14] en el órgano de los jóvenes hegelianos Das westfälisches Dampfboot,[15] textos de la naciente etapa comunista, como la famosa circular contra Hermann Kriege, “Zirkular gegen Kriege”,[16] escrita por ambos; el artículo “Die moralisierende Kritik und die kritisierende Moral. Beitrag zur Deutschen Kulturgeschichte. Gegen Karl Heinzen” aparecido en el diario Deutsche-Brüsseler-Zeitung[17] y completo el libro escrito con Engels La Sagrada Familia. Es sintomático que no aparece mucho material de su Nachlass inédito y, por supuesto, ya sabemos la opinión negativa de Mehring, ningún texto de la superpolémica barroca, la Die deutsche Ideologie. En el interregno sucedieron dos hecho político-editoriales polémicos, que aunque no atañen a la edición y difusión de la Die deutsche Ideologie, nos aclara la oscura política editorial del SPD con respecto al Nachlass de Engels y Marx.
El primero tuvo como figura central al mismo Friedrich Engels, al “Jefe del Partido” como le llamaba August Bebel: el General, ya enfermo de cáncer y con las energía vitales disminuidas, tuvo un entredicho durísimo a propósito de su estudio preliminar a la re-edición de Las Luchas de clases en Francia entre 1848-1850,[18] manipulado por la dirección del SPD. La “Introducción” la escribió Engels para una edición aparte del trabajo, finalmente publicado en Berlín en 1895. Al enviar el original de la “Einleitung” al dirigente Richard Fischer, director de la editorial del partido, la ejecutiva del SPD reaccionó airadamente y pidió con insistencia a Engels que suavizara el tono, demasiado revolucionario y llamando a la acción directa, y le imprimiese una forma más liberal y cautelosa. Engels sometió a crítica la posición vacilante de la dirección del partido y su anhelo a “obrar exclusivamente sin salirse de la legalidad”. Engels accedió a omitir en las pruebas de imprenta varios pasajes radicales y cambiar algunas fórmulas combativas, el “revolucionarismo” como le llamaba Bernstein. Precisamente fue Bernstein el que utilizó esa introducción mutilada para defender su táctica oportunista y la necesidad de revisar a Marx en sus futuros textos. Engels descargó su furia con los líderes partidarios justamente porque sabía que la versión manipulada&ambigua publicada podría servir como amparo al Revisionismus, al reformismo del centro y el ala derecha. El 1º de abril de 1895 escribió a Karl Kautsky: “Para mi sorpresa, veo hoy en el Vorwarts un extracto de mi ‘Introducción’, impresa sin mi conocimiento y cortada de tal modo que parezco un pacífico pregonero de la Legalidad quand même. Menos mal que el texto completo deberá aparecer ahora en el Neue Zeit, de modo que esta vergonzosa impresión será borrada. Le daré a Liebknecht una buena respuesta y también, no importa quién sea, a todos aquellos que le dieron la oportunidad de distorsionar mi opinión sin siquiera decirme una palabra sobre esto”.[19] El viejo General estaba rabioso, su autoridad era el respaldo al Opportunismus social-liberal. Dos días más tarde, escribió una carta a Paul Lafargue a París: “Liebknecht acaba de hacerme una buena. Seleccionó de mi ‘Introducción’ a los artículos de Marx sobre la Francia de 1848-50 todo lo que podría servirle de apoyo a la táctica de paz a cualquier precio y de oposición a la fuerza y a la violencia, lo cual le gusta pregonar desde hace ya algún tiempo, especialmente ahora, cuando se preparan en Berlín leyes coercitivas. Pero yo estoy defendiendo estas tácticas sólo para la Alemania de hoy, e incluso así con una importante proviso. En Francia, Bélgica, Italia y Austria estas tácticas no podrían ser seguidas como tales y en Alemania pueden convertirse en inaplicables mañana”.[20] Indignado hasta lo más hondo, Engels insistió en que su introducción se publicase en la revista teórica Die neue Zeit dirigida por Kautsky. Sin embargo, demostrando los poderes fácticos del ejecutivo, se publicó con los mismos cortes y correcciones en la antes mencionada edición suelta.[21] El texto completo y sin censura de la Einleitung de Engels se publicó íntegro por primera vez en la URSS en los años 1920’s[22]  gracias a los esfuerzos de David Riazanov y el Institut Marx-Engels de Moscú. Además, Riazanov demostró que en la “corrección literaria” se habían practicado supresiones injustificadas de la mano del director editorial del SPD, el Geschäitsführer des Verlags Richard Fischer, habiendo falseado el artículo por directivas del grupo dirigente.[23]

En 1906, el dirigente socialdemócrata Friedrich Adolph Sorge publicó una selección personal de las cartas entre Marx y Engels y personalidades de la época, en un tomo, en el cual se podía notar una sutil censura en forma de abreviaciones, omisiones e interrupciones.[24] En la presentación al público ruso del libro en 1907, y a pesar de la edición tendenciosa, Lenin señala que sin embargo en el Nachlass inédito se puede vislumbrar al lucha interna de Marx y Engels por difundir sus principios: “el público en general sabe que la socialdemocracia alemana es considerada como un modelo en política y tácticas marxistas del proletariado, pero ignora la lucha incansable que los fundadores del Marxismo tuvieron que llevar a cabo contra el ‘ala derecha’ (expresión de Engels) de este partido. Y no es casual que poco después de la muerte de Engels esta lucha, hasta entonces secreta, se manifestara abiertamente.”[25]
En 1906 el tándem Bebel-Bernstein preparó una engañosa correspondencia Marx-Engels, en cuatro volúmenes, 1.386 cartas intercambiadas en el extenso período entre 1844 y 1883, que aparecía cercenada y retocada, y que provocó otro memorable ataque de Lenin, quién estaba descubriendo la maquiavélica política editorial del SPD. El artículo de recensión “La correspondencia entre Marx y Engels”[26] representa el comienzo de un extenso trabajo que pensaba escribir a propósito de la aparición en alemán, en septiembre de 1913, aunque apareció muchos más tarde.[27] Lenin concluye que la edición de Bernstein y Bebel: “El trabajo de redacción, es decir, escribir los prefacios a la correspondencia de distintos períodos, fue realizado por Eduard Bernstein. Como era de esperar, este trabajo es insatisfactorio, tanto desde el punto de vista técnico como ideológico. Después de su tristemente famosa “evolución” hacia las concepciones oportunistas extremas, Bernstein no habría debido encargarse de la redacción de cartas tan profundamente impregnadas de espíritu revolucionario. Los prefacios de Bernstein carecen en parte de sentido, y en parte son sencillamente falsos.” Lenin criticaba además el ineficiente aparato crítico de notas e índices, así como su precio inalcanzable para un trabajador. Para finalizar la etapa socialdemócrata, el biógrafo de Engels, Gustav Mayer, rompió el hermetismo al publicar en una separata de una revista científica de difusión limitada, por primera vez, las introducciones de los capítulos “Das Leipziger Konzil” y “II. Sankt Bruno”, del primer volumen de DI.[28] Eso y poco más fue lo que el SPD publicó del Marx desconocido en treinta y siete años de posesión celosa de su Nachlass. Debemos detenernos para mencionar brevemente el seminal trabajo de difusión del Marx desconocido de una destacado emigrante ruso que trabajaba en el dispar trabajo editorial del SPD con Mehring, se trataba de David Borissowitsch Goldendach (dit Riazanov), futuro editor de las primeras auténticas obras completas de Engels y Marx. Trabajando en el archivo de la socialdemocracia alemana y la austriaca intentó publicar textos del Nachlass perdidos o inéditos, o escribiendo estudios preliminares y ensayos filológicos sobre Engels y Marx.[29]

Podemos hacernos una idea del deficiente estado de difusión de Marx en Europa en el mielieu socialdemócrata y en la inteligencia radical a principios de 1900’s, de manera indirecta, pero fidedigna, a través de la palabra autorizada de dos grandes intelectuales rusos: Plejánov y Ulianov (Lenin). Georgi Valentínovich Plejánov es considerado, con todo mérito, el padre del Marxismo en su versión eslava y rusa.[30] Entre las múltiples iniciativas editoriales y de difusión de los incansables socialdemócratas rusos de entonces, vale la pena recordar la “Biblioteca del socialismo contemporáneo”, fundada en 1883 en el exilio forzado en Ginebra, por el grupo “Emancipación del Trabajo”, precisamente en torno a Plejánov (entre otros Axelrod, Vera Zasulich, Deich), donde apareció un fragmento de la Die deutsche Ideologie. En su “Advertencia del traductor” a la edición en ruso del texto polémico de Engels: “Ludwig Feuerbach y el fin de la filosofía clásica alemana” de 1892,[31] Plejánov advierte que muchos escritos de Marx son una “rareza bibliográfica” y que el lector debe contentarse con versiones de segunda mano, para señalar que “la polémica de Marx y Engels contra Bruno Bauer y consortes (es decir: Die heilige Familie)  marca una época  nueva en la Historia del Pensamiento. Es el primer gran asalto dado por el Materialismo Dialéctico moderno a la filosofía idealista. De una importancia capital, tanto por su alcance histórico como por su contenido propio.”[32] Plejánov aunque reconoce la importancia capital en el desarrollo de Marx de la elaboración de la década de 1840’s, y su polémica contra los jóvenes hegelianos y el Comunismo meramente filosófico, sólo parece tener conocimiento de La Sagrada Familia de 1845[33] y de la Die deutsche Ideologie (que ni siquiera nombra por su título original) exclusivamente la separata del texto “I. Feuerbach”, desgajado de su pertenencia contextual literaria en la edición de Engels. Además Plejánov parece ignorar el contexto político-filosófico en el que se desarrolló la lucha de Engels y Marx contra el “Socialismo verdadero” y en especial contra la tendencia republicana-corporativista de Bauer, es decir: entender esos textos de 1843-1846 como un trabajo eminentemente de lucha ideológica y Publizistik proletaria.
Tenemos otro ejemplo en la voz “Karl Marx” que Vladimir Illich Ulianov, dit Lenin, escribió para el prestigioso diccionario enciclopedico ruso Granat en 1914.[34] Lenin se lamenta, en un tono similar al de Plejánov y Labriola, en primer lugar que no existan en el mercado editorial unas obras completas críticas de Engels y Marx y aunque afirma que desde 1844-1845, años en que para Lenin se conformó la concepción, Marx fue materialista filosófico, no menciona la DI en su conjunto, parece no conocerla, sino exclusivamente el capítulo “I. Feuerbach” tal como lo editó&publicó Engels y lo tradujo al ruso su maestro Plejánov. En el apéndice bibliográfico al articulo, se reconoce que “las obras y las cartas de marx no se han publicado hasta ahora en edición completa”, y señala que “entre 1845 y 1847 Marx escribió varios artículos (en su mayor parte no recopilados, re-editados, ni traducidos al ruso) para los periódicos Vorwärts!, Deutsche Brüsseler-Zeitung (1847); Das westphalisches Dampboot (Bide. fold, 1845-48); Der Gesellschatsspiegel (Elberfeld, 1846)”, pasando sin mediaciones de la Die heilige Familie de 1844 (a la que califica de “panfleto” aunque tuviera ¡250 páginas!) a la Misère de la philosophie de 1847, libro al que sí califica de “trabajo fundamental”.
Es normal: tanto Plejánov como Lenin basaban su conocimiento bibliográfico en el trabajo editorial de Engels y en la oferta editorial mezquina del SPD, tanto en los pocos textos aparecidos en Die neue Zeit como en la limitada edición Aus dem literarischen Nachlass von Karl Marx, Friedrich Engels, und Ferdinand Lassalle de 1902, compilada por Franz Mehring, de la que ya hablamos. A principios del siglo XX, Marx seguía siendo un perfecto desconocido o una figura desfigurada, incluso para los que se autodenominaban “marxistas”. Lenin aprendería la lección: una de las primeras medidas de la nueva URSS, luego del fin de Comunismo de Guerra en 1921, será precisamente el lanzamiento encabezado por David Riazanov del primer proyecto editorial crítico de la obra de Marx y Engels. Lenin le daba el impulso esencial al interrogarle a Riazanov: “¿Hay esperanzas de que recopilemos en Moscú todo lo que publicaron Marx y Engels?”…[35]

(*): Imagen: hoja tamaño folio de Die deutsche Ideologie, con dibujos de Engels.


[1] Sobre la tortuosa historia del Nachlass de Engels&Marx en el archivo del SPD, véase: Mayer, Paul; “Die Geschichte des sozialdemokratischen Partei archivs und das Schicksal des Marx-Engels-Nachlasses”; en: Verl. für Literatur u. Zeitgeschehen, 1967, pp. 5-198.;
[2] Die neue Zeit fue el órgano de difusión mundial par excellence de la obra de Engels y Marx entre 1883 y 1918; véase: Schelz-Brandenburg, Till; “Die Neue Zeit als Publikationsforum für Schriften von Marx und Engels - eine Skizze”; en: Schöck-Quinteros, Eva (Hrsg.), Bürgerliche Gesellschaft - Idee und Wirklichkeit. Festschrift für Manfred Hahn, Steinberg, Berlin, 2004, pp. 95-105.
[3] “Karl Grün: Die soziale Bewegung in Frankreich und Belgien (Darmstadt 1845) oder : Die Geschichtsschreibung des wahren Sozialismus”; en: Das westphälische Dampfboot, Paderborn August und September 1847, Nr. 8 und 9, pp. 439-463 y pp. 505-525 respectivamente.
[4] Struve, von, Peter; “Zwei bisher unbekannte Aufsätze von Karl Marx aus den vierziger Jahren. Ein Beitrage zur Enstehungsgeschichte  des wissenschaftlisches Sozialismus”, en: Die neue Zeit: Revue des geistigen und öffentlichen Lebens; 14.1895-96, 2. Bd., 1896, pp. 4–11; puede consultarse on-line: http://library.fes.de/cgi-bin/neuzeit.pl?id=07.02304&dok=1895-96b&f=189596b_0004&l=189596b_0011&c=189596b_0004. Struve, un “marxista legal” en Rusia, será el mismo que criticará Lenin, que le llamaba “Judas”, en su libro Der ökonomische Inhalt der Volkstumlerrichtung und die Kritik an ihr in dem buch des herrn Struve, 1894-1895,  originalmente publicado en 1895 en la recopilación de K. Tulin: Materiales para la caracterización de nuestro desarrollo económico, compilación censurada por el Zarismo; en español: El contenido económico del populismo y su crítica en el libro del señor Struve (Reflejo del marxismo en la literatura burguesa), en: Lenin, V. I.; Obras Completas, Tomo 1; Ayuso/Akal, Madrid, 1974, p. 351-523.
[5] Bernstein, Eduard; “Marx und der ‘wahre’ Sozialismus”; en: Die neue Zeit: Revue des geistigen und öffentlichen Lebens; 14.1895-96, 2. Bd., p. 216.
[6] Engels afirmaba, cuando le daba a conocer el manuscrito, en una carta a Bernstein del 13 de junio de 1883 que la Die deutsche Ideologie era eine grenzenlos freche Arbeit von M[arx]  und mir von 1847…”; haciendo uso de la cruda Realpolitik, Engels le señala que su publicación podría remover innecesariamente el pasado ideológico de muchos diputados socialdemócratas sentados en el Reichstag, cosa en la que concordaba el realpolitiker Bernstein.
[7] Bernstein, Eduard; Las premisas del Socialismo y las tareas de la Socialdemocracia; Biblioteca del Pensamiento Socialista,  Siglo XXI, México, 1982.
[8] Sobre la figura de Bernstein: Carsten, Francis L. ; Eduard Bernstein: 1850–1932. Eine politische Biographie, Beck Verlag, München, 1993; Gay, Peter; The Dilemma of Democratic Socialism: Eduard Bernstein's challenge to Marx, New York, Columbia University Press, 1952; en particular sobre la crítica bernsteiniana a Marx, véase: Colletti, Lucio; “Bernstein y el Marxismo de la Segunda Inter- nacional”, en: Ideología y Sociedad, Fontanella, Barcelona, 1975, pp. 71-159 y Gustafsson, Bo; Marxismo y Revisionismo, Grijalbo, Barcelona, 1974.
[9] Como lo ha demostrado Bahne en el caso de Die deutsche Ideologie, donde en el manuscrito original aparecen tachaduras de la mano de Bernstein, Siegfried Bahne; “’Die deutsche Ideologie’ von Marx und Engels. Einige Textergänzungen”; en: International Review of Social History, 7, Issue 1, Cambridge University Press, April 1962, pp. 93-104.
[10] Como le llamaba Marx en una carta a P. Sorge, 19 de septiembre de 1879.
[11] Sucesivamente: Bernstein, Eduard; “Einiges über Stirner”; en: Die neue Zeit. Revue des geistigen und öffentlichen Lebens, 16.1898, Bd. 2, pp. 526-528; y “Karl Marx über Karl Grün als Geschichtschreiber des Sozialismus”, en: Die neue Zeit. Revue des geistigen und öffentlichen Lebens; 18.1899-1900, Bd. 1, p. 4-11; 33-46; 132-141 y 164-172; puede consultarse el último texto on-line: http://library.fes.de/cgi-bin/neuzeit.pl?id=07.03456 amp;dok=1899 00a&f=189900a_0004&l=189900a_0011amp;c=189900a_0007.
[12] Marx, Karl/ Engels, Friedrich; “III. Sankt Max”; en: Dokumente des Sozialismus, Stuttgart, Bd. III, Hefte 1-4 und 7-8, Januar-April and Juli-August 1903; Bd. IV, Hefte 5-9, Mai-September 1904. Bernstein escribió un prólogo a la edición titulado: “Der ‘heilige Max’ aus einem Werk von Marx-Engels über Stirner”, en: ibidem, p. 17-19.
[13] Editado en cuatro volúmenes por la editorial J. H. W. Dietz de Stuttgart: Band 1-3; Gesammelte Schriften von Karl Marx und Friedrich Engels, 1841 bis 1850; y Band 4; Briefe von Ferdinand Lassalle an Karl Marx und Friedrich Engels, 1849 bis 1862. En la compilación y edición de los textos trabajó el socialdemócrata ruso exiliado David Riazanov, futuro editor de las primeras obras completas de Engels&Marx, las famosas MEGA. Sobre la figura de Riazanov,  véase: Arzanova, E./ Hedeler, W.; Beiträge zur Marx-Engels-Forschung. Neue Folge. David Borisovic Rjazanov u.d. erste MEGA, Argument, Berlin, 1997; en español nos permitimos remitir al lector a nuestro artículo, ahora on-line: http://es.scribd.com/doc/19000573/David-Riazanov-editor-de-Karl-Marx-disidente-rojo-por-Nicolas-Gonzalez-Varela.
[14] Hay una reproducción facsímil del diario: Vorwärts! Pariser Signale aus Kunst, Wissenschaft, Theater, Muskik und geselligem Leben. Paris 1844-1845; mit einer Einleitung von Walter Schmidt; reprint: Zentralantiquariat der DDR, Leipzig/DDR, 1975. Sobre el papel del periódico entre los emigrantes alemanes en París y como gérmen tosco de un primer desarrollo de la teoría de Marx: Grandojnc, Jacques; ‘Vorwärts!’ 1844. Marx und die deutschen Kommunisten in Paris. Beitrag zur Entstehung des Marxismus. 2. erw. u. verb. Aufl. J. H. W. Dietz Nachf., Berlin / Bonn-Bad Godesberg, 1974 y su trabajo: “La Presse de l’emigration allemande en France (1795-1848) et en Europa (1830-1848)”, en: Archiv für Sozialgeschichte, Bd. X, Verlag Neue Gesellschaft, Bonn, 1970, pp. 95-152.
[15] Sobre este órgano junghegelianer, cuya alma mater era el “socialista verdadero” dr. Otto Lüning, punto de transición de la primera generación de comunistas alemanes, véase: Brims, Herbert; Das westphälische Dampfboot. Eine politische Zeitschrift des „wahren“ Sozialismus; Diss. Augsburg, 1983; Frick-Lemmer, Gundi; Das westphälische Dampfboot. Westfalen im Bild. Westfälische Biographien 78, Münster 1990; y Klönne, Arno; “’Alles für das Volk, Alles durch das Volk!’ - Die Frühsozialisten um das "Westphälische Dampfboot" 1845-1848”; en: Beiträge zur Geschichte der Bielefelder Arbeiterbewegung. Hrsg.: Elisabeth Harder-Gersdorff, Arno Klönne, Karl-Theodor Stiller; AJZ Dr. u. Verl. , Bielefeld, 1981, pp. 21-38. Sobre su papel en la evolución de las primeras fases del Comunismo en Alemania: Na'aman, Shlomo; “Zur Geschichte des Bundes der Kommunisten in Deutschland in der zweiten Phase seines Bestehens”; Archiv für Sozialgeschichte, Bd. V, Verlag Neue Gesellschaft, Bonn, 1965, pp. 5-82: El contacto entre la publicación y Marx Kreis en Bruselas estaba a cargo del cuñado de Lüning, Joseph Weydemeyer.
[16] Original: una lithographisches Zirkular de circulación limitada aparecida en mayo de 1846; ahora en: Marx, Karl/ Engels, Friedrich; Werke, Band 4, Dietz Verlag, Berlin/DDR 1972, pp. 3-17; en español: “Circular contra Kriege”, en: Marx, Carlos/ Engels, Federico; OME. Los Grandes Fundamentos, II, FCE, México, 1988, pp. 11-23.
[17] Original: Deutsche-Brüsseler-Zeitung; Nr. 86 vom 28. Oktober 1847; ahora en: Marx, Karl/ Engels, Friedrich; ibidem, pp. 331-359: en español: “La crítica moralizante y la moral critizante”, en: en español: “Circular contra Kriege”, en: Marx, Carlos/ Engels, Federico; OME. Los Grandes Fundamentos, II, FCE, México, 1988, pp. 206-233. Existe una edición facsimilar del diario: Deutsche-Brüsseler-Zeitung: 1. Januar 1847-27. Februar 1848; Faksimile mit Einführung und Anmerkungen Bert Andréas, Jacques Grandjonc, Hans Pelger; Editions Culture et civilisation, Bruxelles, 1981. Sobre el rol político del diario Deutsche-Brüsseler Zeitung entre los trabajadores alemanes de Bruselas y el papel de Engels&Marx: Guido, Ros; “Marx, Engels und die ‘Deutsche-Brüsseler Zeitung’. Betrachtungen zum Reprint einer deutschen Emigrantenzeitung des Vormärz”, en: Archiv für Sozialgeschichte, Bd. XXIII, Verlag Neue Gesellschaft, Bonn, 1983, p. 574-589; y su trabajo exhaustivo sobre el fundador del diario: Adalbert von Bornstedt und seine ‘Deutsche Brüsseler Zeitung’. Ein Beitrag zur Geschichte der deutschen Emigrantenpublizistik im Vormärz; Dortmunder Beiträge zur Zeitungsforschung Band 51, Saur, München, 1993; sobre la prensa revolucionaria de la emigración y su papel de difusión y formación, véase el trabajo más general de Jacques Grandjonc: “La Presse de l’emigration allemande en France (1795-1848) et en Europa (1830-1848)”, en: Archiv für Sozialgeschichte, Bd. X, Verlag Neue Gesellschaft, Bonn, 1970, pp. 95-152.
[18] Marx, Karl, 1818-1883; Die Klassenkämpfe in Frankreich, 1848-1850. Mit einer Einleitung von Friedrich Engels und einem Vorwort von August Bebel; Verlag der Expedition des "Vorwärts", Berliner Volksblatt (T. Glocke), Berlin, 1895. El suceso es extrañamente obviado en la biografía clásica del socialdemócrata Gustav Mayer, aunque señala que “pertenece al mundo de la leyenda la idea que, al final de su vida, Engels pretendiera disuadir a la socialdemocracia europea de todo lo que fuera el empleo de la Violencia.”; en: Friedrich Engels: una biografía; FCE, México, 1978, p. 859.
[19] Engels a Kautsky, carta del 1º de abril, 1895. El articulo flasificador a la que se refiere Engels estaba titulado: “Wie man heute Revolutionen macht”, o sea: “Cómo hacer las Revoluciones hoy día”, en la cual se citaban, fuera de contexto, fragmentos de su Einleitung, un trabajo editorial de Wilhem Liebknecht; en: Vorwärts. Berliner Volksblatt, Berlin, Nr. 76, 30. März 1895, p. 1-2.
[20] Engels a Paul Lafargue, carta del 3 de abril, 1895.
[21] Engels, Friedrich; “Einleitung zum Neudruck von Marx' ‘Klassenkämpfe in Frankreich 1848- 1850’” / von Friedrich Engels; en dos números sucesivos: Die neue Zeit : Revue des geistigen und öffentlichen Lebens; Jg. 13.1894-95, Bd.2, (1895),; Nr. 27, pp. 5—10; Nr. 28, pp. 36—43. — 128, 208—210, 294, 308, 313; ahora on-line: http://library.fes.de/cgi-bin/neuzeit.pl?id=07.01999&dok=1894-95b&f=189495b_0005amp;l=189495b_0010.
[22] Engels, Friedrich; ““Einleitung zum Neudruck von Marx' ‘Klassenkämpfe in Frankreich 1848–1850’”, en: Marx-Engels Archiv. Herausgegeben vom Marx-Engels Institut; Bd. 1, Moskau, 1924, pp. 257-261. Riazanov inició una política amplia de publicaciones accesorias que acompañaran el proyecto de las obras completas de Marx y Engels (MEGA): se planearon dos publicaciones básicas: una anual, el Archiv K. Marksa I F. Engel’sa y la revista semestral Letopisi Marksizma. Aunque ambas se iniciaron en ruso, inmediatamente se intentó traducirlas al alemán, en un enorme esfuerzo político-ideológico como Archiv Marx-Engels. Sobre las publicaciones del IME: Burkhard, B.; “Bibliographic Annex to ‘D.B. Rjazanov and The Marx-Engels Institute: Notes toward further Research’”, en: Studies in Soviet Thought, 30, Kluwer Publishers, 1985, p. 75 y ss.; y su artículo: “Bibliography Archiv Marksa I Engel’sa’”; en: Studies in Soviet Thought, 37, Kluwer Publishers, 1989, p. 79 y ss.
[23] Riazanov, N.; “Engels Einleitung zu Marx ‘Die Klassenkämpfe in Frankreich 1848-1850’”; en: Unter der Banner des Marxismus; I, 1925, pp. 160-165. Aunque posteriormente Bernstein sostuvo en todo momento que fue un acto de autocensura de Engels, la discusión quedó definitivamente zanjada demostrando la razón de Riazanov con la investigación de Hans-Josef Steinberg: “Revolution und Legalität. Ein unveröffentlicher Brief Friedrich Engels and Richard Fischer”; en: International Review of Social History, V. 12, Nº 2, pp. 177-189.
[24] El título era: Briefe und Auszüge aus Briefen von Joh. Pil. Becker, Jos. Dietzgen, Friedrich Engels, Karl Marx, und A. an F. A. Sorge und Andere; Dietz Verlag, Stuttgart, 1906. Franz Mehring le hizo una larga y elogiosa recensión en el artículo: “Der Sorgesche Briefwechsel”, en: Die neue Zeit Revue des geistigen und öffentlichen Lebens; 25.1906-1907, 1. Bd.(1907), pp. 50-57; ahora on-line: http://library.fes.de/cgi-bin/neuzeit.pl?id=07.06077&dok=1906-07a&f=190607a_0050&l=190607a_0057. Sorge le entregó en mano, como señala Engels en el prólogo a la edición inglesa (1886) del primer tomo de Das Kapital , enmiendas e instrucciones de puño y letra del mismo Marx para una versión norteamericana y que se dejó de lado por falta de un traductor idóneo en los EE.UU.
[25] Lenin, N.; “Prefacio a la traducción rusa del libro ‘Correspondencia de J. F. Becker. J. Dietzgen, F. Engels, C. Marx y otros con F. A. Sorge y otros’”; en: Lenin, V. I.; Obras Completas. Tomo XII, Akal, Madrid, 1976, pp. 343-363.
[26] Se puede leer on-line: http://www.marxismoeducar.cl/len12.htm. En el ex-Archivo Central del Partido, Instituto de Marxísmo Leninismo adjunto al CC del PCUS, se conservaba un voluminoso cuaderno manuscrito (76 hojas) de Lenin conteniendo un resumen de la edición de cuatro tomos de la Correspondencia, un extracto de las cartas de Marx y Engels más importantes en el aspecto teórico y un breve índice temático para el resumen. Se conservaron también los cuatro tomos de la Correspondencia con las anotaciones de propia mano de Ulianov en el texto y en los márgenes hechas con lápices de color negro y rojo. Lenin utilizó durante muchos años el resumen de la Correspondencia como fuente literaria y lo aprovechó en una serie de obras corno “El derecho de las naciones a la autodeterminación”, “Carlos Marx”, “El imperialismo, etapa superior del capitalismo”, “El imperialismo y la división del socialismo”, “El Estado y la revolución”, “El "izquierdismo", enfermedad infantil del comunismo” y otras. En 1959 el manuscrito de Lenin que contenía los materiales sobre la Korrespondenz fue editado por el IML adjunto al CC del PCUS en un libro titulado Resumen de la Correspondencía entre C. Marx y F. Engels de 1844 a 1883.  
[27] Se proyectó publicar el artículo como "La correspondencia entre Marx y Engels" en la revista Prosvechenie en 1914, pero el ensayo quedó sin terminar, y tan sólo fue publicado en Pravda el 28 de noviembre de 1920, día del centenario del nacimiento de Engels. Con motivo de esta fecha, al preparar el artículo para la prensa, Lenin añadió el subtítulo “Engels, uno de los fundadores de comunismo” y escribió una nota: "Comienzo de un artículo sin terminar, escrito en 1913 o a principios de 1914".  
[28]Engels, Friedrich/ Marx, Karl; “Das Leipziger Konzil”, Mit Einführung von Gustav Mayer; en: Archiv für Sozialwissenschaft und Sozialpolitik, Bd. 47, Tübingen, 1920-21, pp. 773-808.
[29]Sucesivamente y con el pseudónimo modificado de N. Riasanoff: “Marx und seine russischen Bekannten in den vierziger Jahren”; en: Die neue Zeit: Wochenschrift der deutschen Sozialdemokratie; 31.1912-1913, 1. Bd., 1913), H. 20: pp. 715-721 y H. 21: pp. 754-766; “Marx' Bekenntnisse/ von N. Rjasanoff; en: Die neue Zeit: Wochenschrift der deutschen Sozialdemokratie; 31.1912-1913, 1. Bd.(1913), H. 24, pp. 854 – 862;  “Ein Beitrag zur Geschichte der Internationale : zwei unbekannte Artikel von Friedrich Engels und Karl Marx”; Einleitung /von N. Rjasanoff; en: Die neue Zeit: Wochenschrift der deutschen Sozialdemokratie. - 32.1913-1914, 1. Bd.(1914), H. 1, pp. 8 – 16; “Karl Marx und die Wiener ‘Presse’”; en: Der Kampf, 6 (1913), pp. 249-257; “Friedrich Engels Jugendarbeiten”, En: Der Kampf, 7 (1914), pp. 158-162; “Karl Marx und Fr. Engels über die Polenfrage”; en: Archiv für die Geschichte des Sozialismus und der Arbeiterbewegung, (1916), pp. 176-221; “Karl Marx und die ‘New-Yorker Tribune’ 1851 bis 1856”; en: Gesammelte Schriften, Bd. 1, Dietz, Stuttgart 1917, pp. XVII-L.
[30] Existen unas dignas obras escogidas en español: Plejánov, G; Obras Escogidas; Editorial Quetzal, Buenos Aires, 1966, en dos volúmenes. Sobre su figura bastante subestimada en la Marxologie, la biografía político-intelectual de Samuel H. Baron; Plejánov. El padre del Marxismo ruso; Siglo XXI, Madrid, 1976. Sus obras completas en ruso se encuentran digitalizadas on-line:  http://www.plekhanovfound.ru/library/24t.htm
[31] Precisamente aparecida en 1892, en la llamada “Bibliothèque du socialisme contemporain”, publicada en Ginebra, Plejánov edita su traducción, con advertencias y notas, del largo artículo de Engels, aparecido en alemán en el diario socialdemócrata Neue Zeit, Nr. 4 und 5, Dietz Verlag, Stuttgart, 1886, y que luego será publicado como libro por la Dietz Verlag de Stuttgart en 1888, incluyendo el capítulo “I. Feuerbach” escrito por Marx en la Die deutsche Ideologie como apéndice.
[32] Plejánov, Georgui; “Advertencia del Traductor”, en español: Engels, Friedrich/ Plejánov, Georgui; Ludwig Feuerbach y el fin de la filosofía clásica alemana. Notas al Ludwig Feuerbach; Cuadernos de Pasado y Presente, Nº 59, Córdoba (Argentina), 1975, p. 99 y 100.
[33] Al parecer el único ejemplar disponible de la edición original de Die heilige Familie, escrita en 1844 y publicada en 1845, lo poseía como una rareza bibliográfica el dirigente socialdemócrata austríaco Viktor Adler, a quién Plejánov se lo pidió en préstamo para intentar sacarle una copia, como le comenta a Pérazich en una carta fechada en Viena el 19 de diciembre de 1892.
[34] Con el pseudónimo Ilyn, Vladimir; “Carlos Marx (breve esbozo biográfico con una exposición del Marxismo)”; en: Granat Entsiklopedicheskii Slovar, Vol. XXVIII, VIIª edición, Mockba, 1915. El artículo fue censurado por el Zarismo, recién se editó completo en 1925 una colección de textos de Lenin titulada Marx, Engels, Marxismo publicada por el IME a cargo de Riazanov. En español: Lenin, V. I.; Obras Completas. Tomo XXII, Akal, Madrid, 1977. p. 133-183.
[35] Carta de V. I. Lenin a David Rjasanow, 2 de febrero, 1921. Publicada por primera vez en ruso en 1942; ahora en: Lenin, W. I.; Briefe, Bd. VII, Dietz-Verlag, Berlin, 1969, p. 65.
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domingo, octubre 16, 2011

"Un Marx desconocido: la Deutsche Ideologie" (II)


por Nicolás González Varela


“El Comunismo es… el Sistema de la Comunidad (Gemeinschaftssystem)”

(Engels, 1845)

“El Comunismo no es un estado que debe implantarse,

un ideal al que haya que sujetarse la realidad.

Nosotros llamamos Comunismo

al Movimiento real (wirkliche Bewegung)

que anula y supera el estado de cosas actual”

(Engels&Marx, Die deutsche Ideologie, 1845-1846)


“Comunistas alemanes se reúnen cada domingo ante la Barriere du Trône,

en la sala de un tabernero… normalmente 30, muchas veces 100 0 200.

Tienen alquilada la sala. Allí pronuncian discursos

en los cuales se predica abiertamente la muerte del rey,

la abolición de todos los bienes, la eliminación de los ricos, etc. En resumen: la más horrenda e inaudita locura. Le escribo a toda prisa,

con el fin de que esos Karl Marx, Moritz Hess…

no continúen arrojando a la gente joven a la desgracia”

(Informe de la Policía Secreta prusiana

en Bruselas, febrero de 1845)


Recordaba el viejo Engels en 1885 que “cuando en la primavera de 1845 de nuevo volvimos a encontrarnos, esta vez en Bruselas, Marx había avanzado ya hacía los principales aspectos de su teoría materialista de la Historia (materialistische Geschichtstheorie). Nos propusimos entonces la tarea de elaborar la teoría recién lograda en las más variadas direcciones… Ahora, el Comunismo ya no consistía en exprimir de la fantasía un ideal de la sociedad lo más perfecto posible, sino en comprender el carácter, las condiciones y, como consecuencia de ello, los objetivos generales de la lucha librada por el Proletariado… Nuestra intención no era, ni mucho menos, comunicar exclusivamente al mundo ‘erudito’, en gordos volúmenes, los resultados científicos descubiertos por nosotros. Nada de eso. Los dos estábamos ya metidos de lleno en el movimiento político, teníamos algunos partidarios entre el mundo culto, sobre todo en el occidente de Alemania, y grandes contactos con el proletariado organizado. Estábamos obligados a razonar científicamente nuestros puntos de vista, pero considerábamos igualmente importante para nosotros el ganar al proletariado europeo, empezando por el alemán, para nuestra doctrina.”[1] ¿Cuál fue el producto de este trabajo de urbanización que debía expandirse, como afirma Engels, en múltiples Richtungen, en variadas direcciones? Un enorme manuscrito inédito titulado Die deutsche Ideologie, obra que Marx y Engels comienzan a escribir casi inmediatamente a su desembarco forzado en Bruselas, abril de 1845, y es la evolución-superación lógica tanto de los famosos Manuscritos económicos-filosóficos de 1844 como de La Sagrada Familia, escrita por ambos entre 1844-1845. La obra se transformó no solo en un ajuste de cuentas con varias tendencias filosóficas y políticas de la Alemania de la época, sino en el acta de nacimiento del propio Marxismo ya consolidado a través de un trabajo de zapa negativo, de oposición (Marx le llama den Gegensatz unserer Ansicht gegen die ideologische der deutschen Philosophie gemeinschaftlich auszuarbeiten) y lucha política-ideológica. Si consideramos la obra en cuanto al número de folios, se trata de una larga crítica al anarquismo individualista de Max Stirner (dit Johann Caspar Schmidt)[2] y a los escritos del filósofo Junghegelianer Bruno Bauer de 1844-1845 (antiguo padrino académico y maestro de Marx en su etapa liberal).[3] Es también un momento decisivo en una escalada en la lucha ideológica tanto contra el radicalismo liberal, el republicanismo burgués y la izquierda hegeliana. La dura polémica había sido iniciada por Bruno Bauer atacando al Comunismo y al filósofo Ludwig Feuerbach en dos artículos furibundos a lo largo de 1844: “Was ist jetzt Gegenstand der Kritik?”[4], “Die Gattung und die Masse”[5] y en un libro publicado en 1843: Die Judenfrage.[6] Engels y Marx le replicaron, todavía como comunistas-feuerbachianos, en Die heilige Familie y en artículos publicados en el Deutsch-Französische Jahrbücher[7]; Bauer contrarreplicó, atacando ahora tanto al particularismo egoísta de Stirner como a Feuerbach (y por elevación al Comunismo) en el artículo “Charakteristik Ludwig Feuerbachs”,[8] que a su vez fue acompañado por el ataque en forma de libro de Stirner, ya no sólo contra Feuerbach y el Comunismo, sino implícitamente con la posición filosófico-política de Engels y Marx reflejada en Die heilige Familie; finalmente como punto final a este rizo de lucha ideológica, Engels y Marx componen su crítica amplia y definitiva precisamente en Die deutsche Ideologie. ¿Por qué en especial Bruno Bauer y Max Stirner? El propio Engels, escribiendo con pseudónimo y en tercera persona, señalaba en un artículo de 1845 que “se ha declarado la guerra a los filósofos alemanes que se niegan a sacar consecuencias prácticas de sus teorías puras y afirman que el Hombre no tiene otra cosa que hacer que cavilar acerca de problemas metafísicos. Los señores Marx y Engels han publicado una detallada refutación de los principios sostenidos por B. Bauer y los señores Hess y Bürgers se disponen a refutar la teoría de M. Stirner. Bauer y Stirner son los representantes de las últimas consecuencias a que lleva la filosofía alemana abstracta (abstrakten) y, por tanto, los únicos adversarios filosóficos importantes del Socialismo, o, por mejor decir, del Comunismo, ya que aquí la palabra Socialismo engloba las distintas ideas confusas, vagas e indefinibles de quienes comprenden que hay que hacer algo, pero sin decidirse a abrazar sin reservas el Sistema de la Comunidad (Gemeinschaftssystem).”[9] El Kommunismus es aquí definido, de manera notable, como un sistema social basado en la idea de comunidad humana.

El Socialismo Verdadero: El esfuerzo de Engels y Marx por combatir a través de la Kritik esta tendencia no parece ni exagerado, ni barroco, como sostienen muchos marxólogos. El pronóstico filosófico-político engelsiano era certero: la tendencia híbrida del socialismo verdadero, del wahre Sozialismus, tuvo una inesperada popularidad entre la clase media y la aristocracia obrera de diferentes regiones de Alemania, expandiéndose y formando varios grupos activos (los más numerosos en Westfalia, Sajonia y Berlín). Engels decidió examinar críticamente a los diferentes socialismos regionales basados en las confusas teorías de los jóvenes hegelianos y en el anarquismo de Stirner en una fecha tan tardía como 1847, escribiendo un manuscrito titulado “Die wahren Sozialisten” (“Los socialistas verdaderos”)[10], posiblemente un capítulo para completar la Die deutsche Ideologie en una segunda parte, que quedó inconclusa. La importancia que le otorgaban era de tal magnitud que, como sabemos, en el mismo Manifiesto Comunista, publicado en 1848, todavía le dedican un amplio espacio al combate contra esta corriente teórico-práctica, dentro del capítulo III, apartado de los “Socialismos Reaccionarios”, tendencia que es definida así: “Los literatos alemanes procedieron con la literatura francesa profana de un modo inverso. Lo que hicieron fue empalmar sus absurdos filosóficos a los originales franceses. Y así, donde el original desarrollaba la crítica del Dinero, ellos pusieron: “expropiación del Ser Humano”; donde se criticaba el Estado burgués: “abolición del Imperio de lo general abstracto”, y así por el estilo. Esta interpelación de locuciones y galimatías filosóficos en las doctrinas francesas, fue bautizada con los nombres de “filosofía del hecho”, “verdadero Socialismo”, “ciencia alemana del socialismo”, “fundamentación filosófica del Socialismo”, y otros semejantes.”[11] ¿Qué representaba y qué era exactamente el Socialismo verdadero en 1840’s? El Engels tardío lo definía en 1885 con precisión: “el ‘verdadero Socialismo’ difundido por algunos literatos, (es la) traducción de la fraseología socialista francesa al mal alemán de Hegel y al amor dulzarrón…” Es muy útil analizar estos combates perdidos de Engels y Marx pues, como tendencia ideológica básica, han demostrado ser más permanentes que su política coyuntural, y hoy podemos considerar la lógica general de su argumento con relativa independencia de la situación histórica particular que la ha nutrido. Sobre las repercusiones histórico-políticas de una ideología basada en “traducción-de-fraseología” y separación entre retórica y práctica reaccionaria, que simplemente transfiere esquemas y visiones del mundo parciales, basta recordar aquí que el sino del Marx español. El Marxismo en España se desarrolló, desde 1879, precisamente bajo la nefasta influencia y deformación de un Marx descafeinado, en su peor versión francesa (bajo la forma literaria vulgar de Jules Guesde, Gabriel Deville, Paul Lafargue, mezcla híbrida de Malthus, Ricardo y Lassalle), ya que hasta la IIº República el conocimiento adecuado y de primera mano de la obra Engels y Marx será escolar, deficiente o inexistente.[12] La difusión de la obra de Marx y Engels en España, en una escala y calidad importante, se da al finalizar la dictadura de Primo de Rivera. Antes de los años 1930’s hay que hablar de una muy escasa penetración. Recién partir de una fecha tan tardía para un país europeo como 1931 es cuando puede verse la difusión de un Marx verdadero, y cuando las traducciones y ediciones experimentan “un salto espectacular”, un paréntesis muy corto interrumpido por el estallido de la Guerra Civil y la instauración de la dictadura de Franco en 1939.[13] La primera edición parcial al español de Die deutsche Ideologie fue impresa en México, es de 1938 y lleva el título de Ideología Alemana.[14] En su prólogo el traductor, que usa el pseudónimo “Argos”, luego de señalar que es una traducción directa “larga y fatigosa” del alemán, diferenciándose precisamente del mutilado Marx en sus versiones francesas que inundaban mecánicamente al Socialismo hispano, afirma que: “’Feuerbach’ constituye el primer fragmento de la Ideología Alemana, obra de polémica y exposición doctrinaria, escrita conjuntamente por Marx y Engels, en Bruselas, de 1845 a 1846. Esta obra no llega a publicarse en vida de sus autores. Aparece por primera vez en 1932, en la edición de sus obras completas, publicada bajo los auspicios del Instituto Marx-Engels-Lenin, de Moscú. Forma el tomo V de dicha edición.” Es sintomático que el anónimo (y esforzado) traductor subrayara una y otra vez que su Marx estaba directamente volcado del alemán… lo que evitaba la contaminación ideológica del transfert francés. La lucha contra las formas diversas históricamente del wahre Sozialism no es simplemente un dato arqueológico ni de corrección filológica, sino una tarea pendiente y actual, y es en este contexto que toma importancia para nuestra posteridad una obra como Die deutsche Ideologie (DI). El desacuerdo básico en 1845 era contra una tendencia política que sostenía una estrategia ultrarrevolucionaria, aplicando a la coyuntura una táctica sectaria y reaccionaria, o sea: una teoría abstracta intransigente, deducida de trasplantar mecánicamente textos importados y generados en otra coyuntura social, pero que se traducía en una praxis reaccionaria. El resultado no podía ser más nefasto: unas precarias ideas teóricas ya desfasadas de su fase histórica material concreta, que generaban desviaciones prácticas como resultado lógico.

Si existía una sensible carencia en el desarrollo intelectual de Marx ésta era la ausencia de un editor confiable en casi todas las etapas de su vida. Las tratativas editoriales sobre la publicación de DI las llevaba el camarada Joseph Weydemeyer, ya que las editoriales de la izquierda hegeliana se negaban a publicar una crítica tan radical a tres grandes luminarias de los Junghegelianer, como Bruno Bauer, Ludwig Feuerbach y Max Stirner. Había convencido en Westfalia a dos simpatizantes comunistas ricos, Julius Meyer y un tal Rempel, dispuestos a adelantar el dinero necesario para una casa editorial. Tenían el plan de invertir el capital en la infraestructura mínima y la edición inmediata de tres obras: la Die deutsche Ideologie, la biblioteca de autores socialistas pensada por Engels y Marx y una revista político-filosófica trimestral bajo la dirección de Engels, Hess y Marx. Al llegar la hora de desembolsar, los dos capitalistas se retiraron, surgiendo dificultades económicas y financieras que, en irónicas palabras de Mehring, “vinieron a paralizar en el instante preciso su espíritu de sacrificio comunista.”[15] Weydemeyer siguió ofreciendo la DI a diferentes editores en toda Alemania, que la fueron rechazando. Solo quedaba para el manuscrito la voracidad de los ratones y el injusto olvido.

El primer borrador de la Die deutsche Ideologie (DI) fue escrito de puño y letra por Engels, y luego revisado y modificado tanto por Marx como por Engels, por lo que la pertenencia a un autor determinado es ya complicada. El folio en formato alemán (Bogen) fue dividido en dos columnas, texto básico en la izquierda y correccionas&adiciones en la derecha, con la famosa e ilegible letra manuscrita de Marx bien visible. Según algunos biógrafos de Engels, “mucho más de la mitad del manuscrito que ha llegado hasta nosotros, una parte como borrador y otra puesta a limpio, aparece escrita de puño y letra de Engels, con correcciones e intercalaciones de Marx… Sin embargo, los manuscritos por sí solos, la mano que los escribió, no ayudan, en este caso, a identificar la paternidad de las distintas partes de la obra. Como la letra de Marx era verdaderamente ilegible y la de Engels, en cambio, muy clara, muchas veces éste no se limitaba a sacar en limpio las partes ya redactadas, sino que tomaba también la pluma para registrar sobre el papel, en una primera versión, las ideas previamente discutidas. Y no cabe duda de que, siendo él el más suelto y expeditivo de los dos, se encargaría de redactar por sí y ante sí, para ganar tiempo, tal o cual capítulo de la obra.”[16] Mehring, el biógrafo de Marx conocido como el “Lenin alemán”, señalaba en 1918 que la DI merecía el olvido ya que “si ya su polémica de fondo, ya un acaso demasiado a fondo, con los hermanos Bauer (La Sagrada Familia de 1844), era difícilmente digerible para el lector, estos dos nutridos volúmenes, de unos cincuenta pliegos en total, se les habrían hecho todavía de más difícil inteligencia. Años más tarde Engels había de decir, cogiéndose a la memoria, que solamente la crítica dedicada a Stirner abarcaba, por lo menos, tanto espacio como el libro del propio autor criticado, y los fragmentos que luego se publicaron prueban que la memoria no lo engañaba. Trátase… de una prolija superpolémica, y aunque no falte algún que otro oasis en el desierto, el follaje no abunda. Allí donde aparece la agudeza dialéctica de los autores, es para degenerar en seguida en minucias y alardes pedantescos, a veces bastantes mezquinos.” Ya podemos ver, en la misma hagiografía del movimiento, la tendencia a construir un Marx irreal, la tendencia instintiva de erigir un Marxismo unitario, cerrado y canónico, cuyos textos serán desmembrados y adaptados a las exigencias del momento, ya sea a la razón de partido o arcano de estado. El caso se agravaba porque este common sense venía en apariencia legitimado por el veredicto de autoridad del propio Engels. La autoridad razonada del “Socialismo Científico” era invocada para fortalecer las demandas espontáneas de justicia social de los trabajadores de Alemania y Europa. Lo menos importante era conocer y entender a Marx.

La vulgata marxista ¿problemas editoriales-políticos o políticos editoriales?: la DI tuvo un azaroso derrotero editorial, tortuoso camino en su difusión y recepción, como premonitoriamente había anticipado el filósofo Antonio Labriola a fines del siglo XIX: “muchos de los fogosos renovadores del Mundo… se proclamaron seguidores de las teorías marxistas, tomando por bueno el Marxismo más o menos inventado por los adversarios.” La obra de Marx, incompleta y aún por conocer, sufrió, a partir precisamente de la muerte de Marx (1883), un violento proceso de falsa sistematización y vulgarización. Un fórceps teórico-ideológico por las crecientes urgencias del crecimiento de un movimiento sindical y político maduro en la propia Alemania. El centro de esta irradiación ideológica era sin lugar a dudas el SPD, el partido-guía alemán, incluso para el mismo Lenin hasta 1908, que aparentemente guardaba con celoso espíritu el núcleo marxista de sus fundadores. Como rezaba un motto de la época, el Sozialdemokratische Partei Deutschlands era considerado en todo Occidente como “la joya de la organización del proletariado consciente”.[17] Había razones plenamente materialistas además del idioma para esta hegemonía: en primer lugar el SPD era el albacea testamentario de las obras publicadas y del valioso Nachlass inédito de Engels y Marx (salvo textos menores y correspondencia marginal); el acuerdo testamentario de Engels de sus libros, cartas y manuscritos propios y de Marx es del 29 de junio de 1893 a favor de los presidentes del partido, August Bebel y Paul Singer. En segundo lugar desde 1897 el SPD era co-propietario de la editorial Dietz (editora de los pocos textos publicados hasta entonces de Engels y Marx) y a partir de 1906 asume íntegramente la propiedad de la misma, teniendo monopolio absoluto y control dictatorial en cuanto al acceso como a la difusión de la obra marxiana. El SPD de esta manera controlaba toda la línea de producción, desde las fuentes primarias, la selección y edición, hasta la distribución de lo que se podía o no conocer de Marx, base indispensable para la consolidación del llamado “Kautskismo”. Es lógico definir esta versión de Marx, que nos ha llegado intacta hasta nuestros días, como “Marxismo de la Segunda Internacional” o incluso algunos le llaman directamente Kautskismus, por derivación de Karl Kautsky, el Papa ideológico del socialismo europeo entre 1890 y 1933.[18] Fue Kautsky quién creó el primer órgano del Marxismo teórico, la revista Neue Zeit, en 1883. Según el hijo de Kautsky, Benedikt, Engels había logrado con los fragmentos sueltos que dejó Marx comenzar la construcción de un sólido y unitario edificio teórico, y su padre habría logrado, después de la muerte de Engels en 1895, “hacer un Sistema orgánico que en verdad representaba por primera vez al Marxismo.”[19] Fue entonces, por primera vez, cuando de modo decidido, violento e ideológico algunos marxistas negaron a otros marxistas su calidad de ser, y viceversa; aparecieron adjetivos y calificaciones caricaturescas al lado del término “Marxismo” (entrecomillado). Teniendo como línea de demarcación y centro de oscilación ideológica este “Sistema orgánico” apadrinado por Engels y formalizado por Kautsky, se podría ser pseudomarxista, marxista de palabra, marxista ortodoxo, exmarxista, o lo peor, renegado (de derecha o de izquierda). Escolásticamente se debatía (positiva o negativamente) sobre un Marx irreal e incompleto, el Marx precisamente fijado como “Sistema orgánico” en el Kautskismus, en el cual el conocimiento adecuado, la interpretación adecuada de su compleja obra, era lo de menos. Marx se metamorfosea en una teoría post festum, una enciclopedia de datos con una concepción evolucionista y tecnocrática de la Historia: es funcional al autoconservación y legitimación de organizaciones burocráticas obreras y populares. No nos extrañe el bajo conocimiento de la obra de Marx entre sus militantes y cuadros dirigentes.[20] La expresión práctica de este Marxismo “desnaturalizado” quedó plasmado en el mítico programa de Erfurt, modelo para toda la Socialdemocracia europea durante los próximos cincuenta años.[21]

¿Se conocía en realidad bien la obra de Marx, incluida La Ideología Alemana, después de su muerte? A la muerte de Marx, Engels se transformará en su primer editor, enfrentándose con este gigantesco filón de manuscritos codificados en la minúscula letra característica de su amigo y con cuidado trató de salir del problema, preparando la edición de los tomos restantes de El Capital. Una de las razones que esgrimía Engels para no trasladarse a Alemania, tal como se lo pedían desde el recién creado SPD, era su deseo de completar el trabajo de edición del Nachlass de Marx que se encontraba en Londres. Como una especie de Theofrasto moderno, Engels, con 62 años, se ocupó del desciframiento y edición de los manuscritos de su compañero, temiendo no concluir con esa misión, pues, como le confesara a Lavrov por carta: “…soy el único ser viviente que puede descifrar esa escritura y esas frases abreviadas…”[22] Es curioso que Engels, incluso con Marx en vida, había vislumbrado su papel de editor póstumo, ya sea por las limitaciones del propio Marx, ya por conocer el ritmo del trabajo de su amigo; recién fallecido Marx, Engels confesaba a Sorge que era mejor que se lo hubiera llevado la muerte, ya que: “…vivir teniendo ante él numerosos trabajos inacabados, devorado por el ansia de acabarlos y la imposibilidad de conseguirlo —esto le hubiera sido mil veces más doloroso que la dulce muerte que se lo ha llevado.”[23] Al morir Marx surgió inmediatamente la idea de unas obras completas, que incluyeran todos sus trabajos juveniles, a pesar del desdén oficial del SPD y sus ideólogos. En un año tan temprano como 1883, la socialdemocracia rusa reunida en el Congreso de Copenhague realizó un llamado al SPD alemán para iniciar una edición popular exhaustiva.[24] Un año más tarde, abril de 1884, el propio Engels le comenta la misma necesidad a Rudolf Mayer, hablando de una edición lo más completa posible de los ensayos dispersos de Karl Marx: “…Gesamtausgabe von Marxens zerstreuten Aufsätzen…”.[25] En mayo de 1885 es Hermann Schülter, responsable del diario socialdemócrata suizo Sozialdemokrat, quién le propone a Engels un plan de editar un tomo de compilación de escritos inéditos de Marx, que incluyera los de juventud, dentro de una futura serie titulada “Sozialdemokratische Bibliothek”.[26] Otro visitante ruso en Londres, Voden, precisamente del grupo de Plejanov, que presionaba para editar todas las “viejas cosas” de Marx, le invitó Engels a ver los manuscritos con una gran lupa. Voden leyó el capítulo de la Die deutsche Ideologie, “Sankt Max” (el Anti-Stirner)[27], una versión más extensa de la Kritik a la filosofía del derecho hegeliana y otras partes de la Die deutsche Ideologie (las partes contra Bruno Bauer), y comprobó horrorizado lo difícil que era “descifrar los originales de Marx, cuya caligrafía me hicieron comprender la desesperación de sus profesores en la época de Tréveris”. Al mismo Voden le explicó su dilema el viejo General: “¿debería emplear el resto de su vida en publicar viejos manuscritos del trabajo publicista de los años 1840’s, o bien debería (después de haber publicado el tercer tomo de Das Kapital) editar los manuscritos de Marx sobre la historia de las teorías de la plusvalía?”[28] En ese mismo encuentro Voden descubrió cierta aprensión de Engels hacia el Nachlass juvenil de Marx, incluida la Die deutsche Ideologie: “Nuestra siguiente charla giró en torno a los primeros escritos de Marx y Engels. Al principio, Engels pareció algo turbado de que yo mostrara mi interés por ellos… Engels preguntó cuáles eran los primeros escritos que le interesaban a Plejánov y sus seguidores y cuál era la razón de su interés. En su opinión tendría que ser suficiente el fragmento sobre Feuerbach, que él consideraba el más sustancioso de aquellas ‘viejas cosas’… Aproveché para volver sobre los primeros escritos de Marx, rogando a Engels que por lo menos arrancara los más importantes de un olvido inmerecido. Afirmé que las ‘Tesis sobre Feuerbach’ no eran suficientes. Engels contestó que para poder penetrar en aquellas ‘viejas historias’ era imprescindible estudiar al propio Hegel, cosa que hoy en día ya no era asunto de cualquier persona.” Pareciera que Engels o bien no tuviera tiempo para publicar todo el Marx disponible y desconocido o bien considerara al Nachlass, en el contexto del espectacular crecimiento electoral del SPD, de poca significancia práctica y limitado alcance ideológico. Sostenía que aunque su contenido tuviera algún interés, su estilo semihegeliano, que ambos utilizaban en ese período, hacia esos textos intraducibles y, aparte, al estar escritos en alemán y con connotaciones culturales precisas, “habían perdido gran parte de su significado”.[29] Engels, por ejemplo, se resistió a una traducción francesa del trabajo Kritik: Einleitung de 1857, y lo mismo con la edición de la correspondencia, el Briefwechsel von 1853, cuyo lenguaje calificaba como de “incomprensible” para el lector medio.[30]

Engels falleció en 1895, dejando su misión inconclusa, que él mismo calificó irónicamente como de “mera selección” entre las diferentes versiones y diferentes redacciones trabajadas por Marx, sirviéndole de base siempre la última redacción disponible cronológicamente y cotejándolas con todas las anteriores. Es evidente que salvo raras y fortuitas excepciones (como el caso del capítulo “I. Feuerbach” de la Die deutsche Ideologie), Engels privilegió, casi exclusivamente, el trabajo editorial y de popularización en torno a la obra de crítica de la economía política y Das Kapital. Sabemos que esta obsesión engelsiana se debía al intento de realizar una obra orgánica y en lo posible, completa y sin fisuras, que pudiera enfrentarse la serie de críticas que surgían desde círculos burgueses, economistas neoclásicos y la academia. De esta manera finalizó la primera operación editorial sobre los manuscritos de Marx, realizada por aquel que siempre se consideró el “segundo violín”. Fue durante este trabajo de edición que polémicamente se constituyó el Marxismo como doctrina, lo que podría dar una hipótesis plausible de hasta qué punto y en qué medida tales presiones “políticas” externas influyeron sobre el propio trabajo editorial de Engels.[31] El único fragmento juvenil de Marx que Engels dio a luz de la Die deutsche Ideologie fue “I. Feuerbach”,[32] que ahora sabemos fue cuidadosamente “editado” cuando apareció en 1888 como apéndice la edición en forma de libro de su artículo “Ludwig Feuerbach y el fin de la filosofía clásica alemana”.[33] El Engels tardío se encuentra en medio de una situación histórica inédita, que le exige nuevas tareas dentro de su trabajo ya no de difusión, sino de polémica “defensa” del legado de Marx.

Imagen: Página escrita por Marx con caricaturas de Engels del capítulo “Feuerbach”, de Die deutsche Ideologie, 1845, descubierta en el IISG en los años 1960’s.


[1] Engels, Friedrich; “Zur Geschichte des Bundes der Kommunisten”, en: Marx, Karl/ Engels, Friedrich; Werke, Band 2, (Karl) Dietz Verlag, Berlin-DDR, 1971, p. 212 (pp. 206-224); en español: “Contribución a la historia de la Liga de los Comunistas», en: Marx, Karl/ Engels, Friedrich, Obras escogidas, vol. III, Editorial Progreso, Moscú, 1974, p. 184-202.

[2] La mejor biografía sobre Stirner sigue siendo la de un admirador, el poeta anarquista escocés John Henry Mackay: Max Stirner: His Life and His Work, e.a., Berlin, 1897. Más actual: David Leopold Stirner: ‘The State and I’ Max Stirner’s Anarchism”, en: The New Hegelians. Politics and Philosophy in the Hegelian School; Edited by Douglas Moggach, Cambridge University Press, Cambridge, 2006, p. 176 y ss. Stirner no solo es considerado como uno de los más grandes teóricos del anarquismo individualista, sino además un antecesor fundamental del egoísmo nihilista de Nietzsche; existe una gran polémica sobre la influencia oculta o vergonzosa de sus ideas en la obra nietzscheana desde fines del siglo XIX; véase un clásico: Levy, Albert; Stirner et Nietzsche, Societé Nouvelle de Librairie et d'Édition, Paris, 1904; más actual: Brobjer, Thomas, H.; “Philologica: A Possible Solution to the Stirner-Nietzsche Question”; en: Journal of Nietzsche Studies 25 (1), 2003, pp. 109-114. La mayoría de las compilaciones de textos anarquistas incluyen extractos de Der Einzige und sein Eigentum, como por ejemplo la de Irving L. Horowitz, ed., The Anarchists, Dell, New York, 1964; o la de George Woodcock, ed., The Anarchist Reader, Harvester Press, Hassocks, 1977.

[3] Sobre Bruno Bauer, véase el reciente libro de Douglas Moggach; The philosophy and Politics of Bruno Bauer; Cambridge University Press; New York, 2003; sobre las relaciones Bauer-joven Marx, nos permitimos remitir al lector a nuestro artículo: “Marx, lector anómalo de Spinoza. (IV)”, on-line en Rebelión: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=106904

[4] Bauer, Bruno; “Was ist jetzt Gegenstand der Kritik?”; en: Allgemeine Literaturzeitung, Monatsschrift, hg. v. Bruno Bauer, Verlag v. Eckbert Bauer, Charlottenburg, Juni 1844 (Nr. 8) pp. 18-26, ahora re-impreso como: Bauer, Bruno; Feldzüge der reinen Kritik, Nachwort von Hans-Martin Sass, Frankfurt/M, Suhrkamp Verlag, 1968, pp. 200-212.

[5] Bauer, Bruno; “Die Gattung und die Masse”; en: Allgemeine Literaturzeitung, Monatsschrift, hg. v. Bruno Bauer, Verlag v. Eckbert Bauer, Charlottenburg, September 1844 (Nr. 10); pp. 42-44; ahora re-impreso como: Bauer, Bruno; Feldzüge der reinen Kritik, Nachwort von Hans-Martin Sass, Suhrkamp Verlag, Frankfurt am Main 1968, pp. 213-223.

[6] Bauer, Bruno; Die Judenfrage, Friedrich Otto Verlag, Braunschweig, 1843.

[7] En especial a través de otro texto seminal de Marx, poco conocido e interpretado, hablamos de “Zur Judenfrage”, publicado en: Deutsch Französische Jahrbücher, 1. Doppellieferung, Februar 1844; ahora en: Marx, Karl/ Engels, Friedrich; Werke, Band 1, (Karl) Dietz Verlag, Berlin/DDR, 1976, pp. 347-377. En español: Marx, Karl; “Sobre la Cuestión Judía”, en: Escritos de Juventud, FCE, México, 1982, p. 461-490.

[8] Bauer, Bruno; Charakteristik Ludwig Feuerbachs”, en: Wigands Vierteljahrschrift III, 1845, pp. 86–146.

[9] Engels, Friedrich; “Rapid Progress of Communism in Germany. III”, en: The New Moral World, Nº 46, 10, may, 1845; en alemán como: “Rascher Fortschritt des Kommunismus in Deutschland. III”, en: Marx, Karl/ Engels, Friedrich; Werke, Band 2, (Karl) Dietz Verlag, Berlin/DDR, 1976, pp.515-520; en español: Engels, Friedrich; Escritos de Juventud, FCE, México, 1981, pp. 254-258.

[10] Engels, Friedrich; “Die wahren Sozialisten”, escrito entre enero y abril de 1847; en: Marx, Karl/ Engels, Friedrich; Werke, Band 4, (Karl) Dietz Verlag, Berlin/DDR, 1976, pp. 248–290. Véase la carta de Engels a Marx del 15 de enero de 1847. Fue publicado por primera vez por David Riazanov en la edición MEGA (I) en 1932.

[11] Engels, Friedrich/ Marx, Karl; Manifest der Kommunistischen Partei, “c) Der deutsche oder ‘wahre’ Sozialismus”; en: Marx, Karl/ Engels, Friedrich; Werke, Band 4, (Karl) Dietz Verlag, Berlin/DDR, 1976, pp485-488; en español: Marx, Carlos/ Engels, Federico; Manifiesto del Partido Comunista, “El socialismo alemán o el socialismo ‘verdadero’” en: Marx, Carlos/ Engels, Federico; Obras Fundamentales. Los grandes fundamentos, (4), II, FCE, México, 1988, p. 299.

[12] El máximo nivel de Marxismo teórico de la época anterior a la Guerra Civil lo marca la obra del más destacado de los marxistas españoles, Joaquín Maurín. Sobre el tema de la difusión de Marx en España: Pedro Ribas Ribas; La introduccion del Marxismo en Espana (1869-1939). Ensayo bibliográfico, Ediciones de la Torre, Madrid, 1981; véase además: “Bibliografía hispánica de Marx (1869-1939)” y “Análisis de la difusión de Marx en España”, en: Anthropos. Marx en España, 100 años después, 33-34, extraord. 4, 1984, pp. 29-53 y 58-63 respectivamente. En realidad, podemos decir que todas las versiones de Marx que se popularizaron y reprodujeron en España tenían la mediación ideológica del Marx francés: “Para los socialistas españoles la ortodoxia está en el partido dirigido por Guesde y Lafargue… todas las nociones y teorías se leen en francés, en Guesde, en Lafargue, en Deville, y también en los maestros Marx y Engels, menos leídos y acaso más tarde.”, señala José Morato, en: El partido socialista obrero, Ayuso, Madrid, p. 78. No es casualidad que Perry Anderson hablara del enigma histórico español en el caso del conocimiento científico de Marx y en la generación de teóricos marxistas: “The Spanish case, however, remains an important historical enigma. Why did Spain never produce a Labriola or a Gramsci?...”; en: Considerations on Western Marxism, London, 1976, p. 28, note 4; en español: Consideraciones sobre el Marxismo Occidental; Siglo XXI, México, p. 40, nota 4. El diario teórico del PSOE, El Socialista, el mayor vehículo de difusión hasta bien entrado los años 1920’s del Marxismo en español, traducía sistemática y mecánicamente los artículos de fondo del guesdista Le Socialiste o de L’Egalité; veáse: Santiago Castillo, “De El Socialista a El Capital (Las publicaciones socialistas, 1886-1900)”, en: Negaciones 5, 1978, p. 42 y ss.

[13] Como lo señala Pedro Ribas, ibidem, p. 332 y ss. A una conclusión semejante llega E. Lamo de Espinosa: “Lo primero que nos llama la atención es que, a pesar de lo temprano que se introdujo el Marxismo en España -suele señalarse la fecha de 1871, años en que Lafargue llegó a España-, no puede hablarse de tradición teórica marxista y toda la producción intelectual en este sentido es relativamente pobre.”, en: Filosofía y política en Julián Besteiro, Editorial Cuadernos para el Diálogo, Madrid, 1973, p. 182 y ss.

[14] Marx, Carlos/ Engels, Federico; Ideología Alemana; Traducción de Argos, Ediciones Vita Nuova, México, 1938.

[15] Mehring, E., Franz; ibidem, p. 133-134.

[16] Mayer, Gustav; Friedrich Engels. Una biografía, FCE, México, 1978, p. 227. La obra es original de 1919. Sobre la figura del historiador y militante socialdemócrata Mayer, véase: Gustav Mayer: als deutsch-jüdischer Historiker in Krieg und Revolution, 1914-1920. Tagebücher, Aufzeichnungen, Briefe; Hrg. Gottfried Niedhart, Oldenbourg Wissenschaftsverlag, München, 2009.

[17] Véase el bello trabajo de Georges Haupt: “El partido-guía: la irradiación de la Socialdemocracia alemana en el Sudeste europeo”, en: El historiador y el movimiento social, Siglo XXI, Madrid, 1986, p. 103-145; también los trabajos de Eric J. Hobsbawm: “La difusión del Marxismo (1890-1905)”, en: Marxismo e Historia Social, Universidad Autónoma de Puebla, México, 1983, pp. 101-128 y “Las vicisitudes de las ediciones de Marx y Engels”; en: Historia del Marxismo. El Marxismo en los tiempos de Marx (2); Bruguera, Barcelona, 1979, pp. 298 y ss.; y la colaboración de Franco Andreucci: “La difusión y vulgarización del Marxismo”, en: AA. VV.; Historia del Marxismo. El Marxismo en la época de la IIº Internacional (1); 3, Bruguera, Barcelona, 1980, pp. 13-88.

[18] Sobre el Kautskismo como ideología funcional a la táctica parlamentaria y basada en un bizarro “radicalismo pasivo”, véase: Matthias, Erich; “Kautsky y el Kautskismo. La función de la ideología en la Socialdemocracia alemana hasta la Primera Guerra Mundial”, en: Kautsky, Karl; La Revolución Social. El camino al Poder; Cuadernos de Pasado y Presente, México, 1978, pp. 7-50. Sobre la “integración negativa” y el mecanismo ideológico de Attentismus en la Socialdemocracia, el trabajo de Dieter Groh: Negative Integration und revolutioniirer Attentismus: Die deutsche Sozialdemokratie am Vorabend des Ersten Weltkriegs, Propylaen Verlag, Frankfurt/Main-Berlin-Wein, 1973; y el de Guenther Roth: The Social Democrats in Imperial Germany. A Study in Isolation and Negative Integration, Bedminster Press, Totowa: 1963.

[19] Advertencia preliminar en: Kautsky, Benedikt (Hrsg); “Ein Leben für den Sozialismus. Erinnerungen an Karl Kautsky; J.H.W. Dietz, Hannover, 1954, p. 8 y ss. Sobre el Marxismo como ideología segundointernacionalista, véase: Gustafsson, Bob; Marxismo y Revisionismo; Grijalbo, Barcelon, 1975.

[20] Según una propia estimación de 1905, apenas el 10% de los afiliados al SPD poseía algún conocimiento básico de los pensamientos de Engels o Marx; véase: Kosiol, Alexander; “Organisationen für die theoretische Bildung der Arbeiterklasse”; en: Die neue Zeit: Wochenschrift der deutschen Sozialdemokratie; 24. 1905-1906, 2. Bd., 1906, H. 28, pp. 64-69; ahora on-line: http://library.fes.de/cgi-bin/neuzeit.pl?id=07.05884&dok=1905-06b&f=190506b_0064&l=190506b_0069

[21] Sobre el contexto político e ideológico de la elaboración del programa de Erfurt, véase: Carl E. Schorske; German social democracy, 1905-1917: the development of the great schism, Harvard University Press, Harvard, 1955, p. 2 y ss.

[22] Carta de Engels a Lavrov, 5 de febrero de 1894.

[23] Carta a Sorge, 15 de marzo de 1883.

[24] No es casualidad que fuera firmada por el grupo “Emancipación del Trabajo”: Plejanov, Axelrod y Zasulich en marzo de 1883. Aquí los datos son del propio Rjazanov: “Vorwort zur Gesamtausgabe (MEGA)”, en: MEGA, Band 1, Frankfurt/ Main, 1927, p. IX-XXVII.

[25] Carta de Engels a Rudolf Mayer, 27 de abril, 1884.

[26] Schülter (1851-1919) le escribe a Engels solicitándole ayuda y apoyo, esas obras escogidas aparecerían dentro de un proyecto de difusión editorial más amplio, la “Sozialdemokratischen Bibliothek”. En esos momentos el General se encontraba trabajando en los manuscritos de Das Kapital. Engels colaborara con él en el libro sobre el movimiento obrero inglés: Die Chartistenbewegung in England. Mit Anlangen: a) Rede von Jos. Rayner Stephens, gehalten am. 10 Februar 1839 (…), b) Beschlüsse der Chartisten-Konferenz vom April 1851, Sozialdemokratische Bibliothek, 16, Hottingen-Zürich, 1887. La colaboración es analizada por: R. Merkel-Melis, “Engel’s Mitarbeiter an Hermann Schülters Broschüre ‘Die Chartistenbewegung in England’”, en: MEGA-Studien, 1995/1, Dietz Verlag, Berlin, 1995, p.p. 5-32. Sobre la difusion del Marxismo y la emigración alemana en Suiza, y especialmente el papel de Schülter: F. Schaaf, “Die ‘Sozialdemokratische Bibliothek’ der Schweizerischen Volksbuchhandlung in Hottingen-Zürich u. der German Cooperative Printing and Publishing Co. in London”, en: Marxismus und deutsche Arbeiterbewegung. Studien zur sozialistischen Bewegung im letzten Drittel des 19. Jahrhunderts, hrs.. von H. Bartel, H. Hesselbarth, W. Schöder, Dietz Verlag, Berlin, 1970, pp. 431-484.

[27] El capítulo III de Die deutsche Ideologie.

[28] Se trata del periodista alemán Alexis Voden, “Talks With Engels”, en: AA. VV.; Reminiscences of Marx and Engels, Foreign Languages Publishing House, Moscow, 1957, p, 325-333.

[29] Carta de Engels a FlorenceKelley-Wischnewetzky, del 25 de febrero, 1886, en: MEW, Band 36, (Karl) Dietz Verlag, Berlin/DDR, 1976, p. 452. Aunque la afirmación de Engels se refiere a la re-edición de una obra específica, Die Lage der arbeitenden Klasse in England de 1844, esta idea la traslada a los escritos juveniles de Marx.

[30] Carta de Engels a la hija de Marx, Laura Lafargue, 14, octubre, 1893, en: MEW, Band 39, (Karl) Dietz Verlag, Berlin/DDR, 1976, p. 146; y carta de Engels al líder del SPD, Wilhelm Liebknecht, 18, diciembre, 1890, MEW, Band 37, (Karl) Dietz Verlag, Berlin/DDR, 1976, p. 527;

[31] Tal la pregunta que se hace Rubel, concluyendo que “Marxismo” es un término abusivo y que Engels a través de su trabajo de sistematización y divulgación es el primer “marxista”. “En la historia del Marxismo como culto de Marx, Engels ocupa el primer plano”, en: “La leyenda de Marx o Engels como fundador (1972)”, ahora en: Marx sin mito, Octaedro, Barcelona, 2003, p. 31. Véase el trabajo de Terrell Carver: Marx&Engels. The intellectual Relationship; Indiana University Press, Bloomington, 1983, en especial el capítulo 5, “Second Fiddle?”, p. 118 y ss., a la misma conclusión llega en un otro trabajo: “Engels was the first Marxist, and he had a defining influence on Marxism.”; en: Engels: A Very Short Introduction; Oxford University Press, Oxford, 2003, p. 38 y ss.

[32] Marx, Karl; “Thesen über Feuerbach”, en: Marx, Karl/ Engels, Friedrich; Werke, Band 3, Dietz Verlag, Berlin/DDR, 1969, p. 533 y ss..

[33] Engels, Friedrich: “Ludwig Feuerbach und der Ausgang der klassischen deutschen Philosophie”; en: Marx, Karl/ Engels, Friedrich; Werke, Band 21, Dietz Verlag, Berlin/DDR, 1975, pp. 263/264;

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