martes, noviembre 15, 2011

"Heidegger: Nazismo y Política del Ser "(IX)



Por Nicolás González Varela

La crítica de Karl Löwith
(tercera parte)
Führerrektor Martin Heidegger, mayo 1933


“No es Heidegger el que al optar por Adolf Hitler
se 'comprendió mal' a sí mismo;
antes bien son los que no pueden entender
por qué actuó de esta manera
 los que no lo han comprendido”
(Karl Löwith,1939)

El llamado Fall Heidegger, el compromiso del filósofo Martin Heidegger, quizá el más influyente del siglo XX, con el Nacionalsocialismo, con el Führer Adolf Hitler y con el SS-Staat, fue, como estamos viendo a lo largo de estos artículos, casi inmediatamente un tema de acalorado debate y disputa a lo largo de la década de 1930’s. Karl Löwith había tenido el honor de ser el primer graduado en Filosofía de Heidegger y era un filósofo con su propia obra e intereses autónomos. Löwith merece un comentario más extenso, como persona y pensador: nacido en Munich en 1897 y fallecido en Heildelberg en 1973, este filósofo de la historia alemán se formó intelectualmente en el círculo de Husserl y perteneció al grupo de colaboradores íntimos de Heidegger. Después de participar como soldado en la Iº Guerra Mundial, se trasladó a Freiburg para estudiar Fenomenología, la filosofía de moda, y allí fue seducido por un joven y místico ayudante de Husserl, Martín Heidegger, a quién siguió a Marburg en 1924. En él creyó encontrar “la palpable intensidad e impenetrable profundidad del impulso espiritual” y una alternativa revolucionaria al mandarinado mundo académico alemán. La Habilitationsschrift (tesina de habilitación) de Löwith, presentada en 1928 con el título de Das Individuum in der Rolle de Mitmenschen,[1] fue dirigida por el mismo Heidegger. Sus críticas a la Filosofía política de Heidegger tienen un enorme importancia por su en su triple condición de filósofo alemán, testigo del ascenso del Nacionalsocialismo y discípulo destacado de Heidegger.

Excursus I: Schlageter&Heidegger: el Dasein de un arquetipo del héroe nazi: Löwith, siendo coherente con su principio metodológico de exégesis de la obra heideggeriana, que presupone “introducir y trasladar en el movimiento general de la Existencia alemana la agitación enérgica y vana de las categorías de la Existencia (‘Decidirse-a-sí-mismo’, ‘emplazarse-a-sí-mismo-de-cara-a-la-Nada’, ‘querer-su-Destino’, ‘entregarse-a-sí-mismo’) y proceder entonces a la tarea de destrucción sobre el terreno político”,[2] utiliza por primera vez en la historia del Fall Heidegger textos desconocidos o menores, incluso transcripciones personales de clase, todo aquello que descarta como espuria o inesencial la hermeneútica académica: Heidegger encarnado en manifiestos y alocuciones políticas. El paradigma de esta “transmogrificación” de la Daseinanalytik de su obra Sein und Zeit de 1927 en el lenguaje völkische del NSDAP, lo encuentra Löwith plasmado en el discurso “Albert Leo Schlageter” (se trata de un discurso muy trascendental, ya que es la primera contribución pública de Heidegger al nuevo SS-Staat)[3], que luego sería publicado como artículo en junio de 1933.[4] Pero antes de abordar el análisis de Karl Löwith debemos preguntarnos: ¿quién es Albert Leo Schlageter, a quién el filósofo más influyente del siglo XX, Martin Heidegger, le dedica una auténtica oda funeraria filosófico-política al mejor estilo clásico de Tucídides?
 El 26 de mayo de 1923 fue fusilado, en Golzheim, Düsseldorf, el Freikorpskämpfer Albert Leo Schlageter (1894-1923), el llamado “primer soldado del Tercer Reich[5]. Schlageter, un antiguo estudiante formado en la Universidad de Freiburg y ex oficial de artillería en la Primera Guerra Mundial, había combatido en la Primera Guerra Mundial en Flandes, las batallas-carnicerías del Somme y en la entorno a Verdún. Llegó a ser teniente y recibir la Cruz de Hierro de 1ª y 2ª clase. La rápida condena a muerte se debió a una acusación por participar en actos de sabotaje contra el ejército francés de ocupación: la voladura de un viaducto. Recordemos que Francia había invadido por la fuerza la región del Ruhr para presionar a que Alemania pagara sus indemnizaciones de guerra atrasadas.[6] La petición por parte del gobierno alemán del canciller Wilhem Cuno de una moratoria de dos años para el pago de las indemnizaciones de guerra en dinero constante, fue rechazada por los gobiernos aliados en una reunión en París. Con la excusa de un retraso en la entrega de mercancías en maderas, Francia y Bélgica deciden ocupar unilateralmente el 11 de enero la mejor zona industrial alemana, el Ruhr. Se apoderó de Alemania una ola de indignación y de elemental furia nacionalista. En marzo soldados franceses ametrallaron a obreros que protestaban de la fábrica Krupp en Essen, dejando trece muertos y heridos. Los grupos armados de la extrema derecha, los Freikorps, se reorganizaron con la ayuda clandestina del ejército de la República de Weimar, el Reichswehr. Estos comandos paramilitares, conocidos irónicamente como la Schwarze Reichswehr (Ejército negro), pero cuyo nombre clave para el estado mayor era Organisation Heinz (OH)[7], realizaron actos de sabotaje y disturbios por toda la región contra los ejércitos de ocupación. En esta organización paramilitar participaba como miembro activo Schlageter. Poco después de su fusilamiento, su cadáver fue robado de la morgue de Düsseldorf por un grupo de las camisas pardas, las SA (SturmAbteilung) al mando del Staatschef Viktor Lutze (futuro jefe de las SA después de la purga de 1934 y organizador de los Pogroms de 1938) quién llevó el cuerpo hacia zona alemana no ocupada por Francia. Además su delación fue vengada: miembros del Sturmabteilung Rossbach que también combatieron en el Báltico contra el Ejército Rojo, comandados por Martin Bormann (futuro asistente personal de Hitler) y Rudolf Franz Hoess (futuro comandante del campo de concentración de Auschwitz), vengan la delación: el escuadrón mata al maestro Walther Kadow, supuesto culpable de denunciar a Schlageter a las autoridades francesas de ocupación. Desde ese momento el abanico de la nueva derecha alemana tenía un mártir y un mito. El propio currículum de Schlageter lo ligaba políticamente al National-bolchewismus, al Nacionalbolchevismo, un híbrido inestable entre un nuevo nacionalismo y Stalinismo.[8] Schlageter había comenzado su militancia en el movimiento estudiantil católico,[9] luego en la nueva derecha ingresando en la Jungdeutscher Orden, la Jugdo, una de las más grandes organizaciones juveniles reaccionarias de la República de Weimar. La Jugdo pertenecía al amplio movimiento de los llamados “Pájaros Migratorios”, la Bündisch Jugend. El líder de los Jugdo era el teniente Arthur Mahraun[10], con un pasado también bundische. Su organización llegó a alcanzar los 40.000 miembros en su apogeo antes de la toma del poder por Hitler en 1933. Tanto por su inspiración como por su contenido, antisemita y anticomunista al mismo tiempo, estaba cerca ideológicamente a los conservadores-revolucionarios de los Stahlhelm (“Casco de Acero”).[11] Los “Cascos de Acero” nacieron discretamente un día de Navidad, en diciembre de 1919, con un motivo fundacional muy claro: combatir la Schweinerei der Revolution, “la porquería de la Revolución”.[12] Su fundador, Franz Seldte, comerciante de gaseosas, será futuro ministro de Trabajo del IIIº Reich. Volviendo a la Jungdo, uno de sus ideólogos de primera línea era Reinhard Höhn, quién escribirá un libro en 1929 dedicado a Mahraun con el esóterico título de Der bürgerliche Rechtsstaat und die Neue Front (“El Estado de Derecho burgués y el Nuevo Frente”).[13] La visión política que inspiraría a Schlageter es típica del Modernismo reaccionario de esta corriente de la nueva derecha alemana: volver a un pasado mítico y lejano vagamente absolutista prusiano, poner en tela de juicio al capitalismo liberal y la forma republicana de estado, que “disuelve la antigua Comunidad popular racial” germánica; y que en lugar de la antigua Gemeinschaft (producto que no puede surgir más que en pueblos germánicos) articulada y formada en armonía entre estamentos y corporaciones, produce “una masa de individuos sin lazos de unión”, una mera Gesellschaft, átomos en busca de manera compulsiva y egoísta “de sus propios méritos exclusivamente”; y la llamada heroica, el compromiso envolvente con el destino alemán, incluso hasta la propia muerte, que reivindica al individuo para el resto de su vida de manera total, total beanspruchte. El concepto-clave de Volksgemeinschaft, “Comunidad Racial-Popular”, fundamental en la línea völkische del Nazismo, se originó también en el lenguaje filosófico-político de la Jungdo, comunidad que excluía a judíos y marxistas por definición. Por cierto: la Jungdo no solo fue un modelo que copiarían las futuras HJ, las juventudes hitlerianas, sino además un verdadero semillero de cuadros para el futuro SS-Staat. No es raro, muchos historiadores y testigos concluyen que sus premisas le hacían desembocar lógica y naturalmente en el Nacionalsocialismo. Höhn mismo entrará al NDSAP y a las SS en 1933, y su brillante carrera lo llevará en 1942 a participar en la ignominiosa Wannsee-Konferenz, donde se decidió la llamada solución final al problema judío en Europa. En esta práctica política y dentro de este arco ideológico se formó el corazón y la voluntad de Schlageter, su Dasein heroico y auténtico. 

Destruir die novemberRepublik, la República de Weimar: en marzo de 1919, recién desmovilizado, Schlageter fue miembro de la Marine-Brigade von Loewenfeld, que reprimió las huelgas de marineros anarquistas y “rojos”, purgando a los batallones de la “infección bolchevique”. Integró el cuerpo paramilitar Freikorp von Medem[14] del Báltico, que pretendía colonizar y constituir un Estado racial alemán del Este englobando, como en tiempos de los caballeros teutónicos, a Prusia y el Baltikum como baluarte antibolchevique de Occidente. Estuvo como combatiente extranjero en Kurland, en la defensa de Riga contra la invasión a Polonia y los países bálticos del Ejército Rojo de Trotsky. También como freikorps participó en acciones paramilitares en la Alta Silesia y en el Ruhr al lado de Ernst von Salomon,[15] en la Sturmsoldaten (”Soldados de Asalto”) y el Bund ehemaliger Erhardt-Offiziere (”Liga de antiguos oficiales de Erhardt”); Erhardt era el Käpitan de corbeta Hermann Erhardt que había organizado en la base de Wilhelmshaven la IIº Brigada de Marina para reprimir a los “espartaquistas” y participar activamente en el fallido putsch de ultraderecha de Kapp (en la época se lo consideraba como el enemigo número uno de la izquierda). Serán los mismos, incluido Schlageter, que combatirán al KPD, el Partido Comunista alemán y al SPD en el levantamiento del Ruhr, el llamado Märzaufstand en 1920. Parece ser que Schlageter rápidamente comprendió el papel central de Adolf Hitler en la reunificación de la nueva derecha y se afilió al joven NSDAP en Berlín tan pronto como en 1922, a pesar que la hagiografía heideggeriana pretende negar este hecho bien documentado. El NSDAP incluso reclutaba militantes con panfletos y folletos en el período 1923-1926 que se centraban en la figura de Schlageter como paradigma del auténtico mártir alemán: “Schlageter… A la memoria de un Héroe alemán”.[16] Schlageter, cuyo motto personal era “das Banner muss stehen, wenn der Mann auch fällt” (la Bandera debe permanecer, aun cuando el hombre pueda caer)[17], va a transformarse en el héroe deutsch-völkische por excelencia, un mártir santo del nacionalismo extremo alemán, por lo que cada 26 de mayo se realizaban mítines conmemorativos en todas las organizaciones de la derecha radical.[18] El culto a los mártires nacionalistas de la Primera Guerra Mundial, el llamado Totenkults, se transformó en un arma formidable del Modernismo reaccionario y luego del Nacionalsocialismo tanto contra la democracia burguesa como contra la Socialdemocracia y el Comunismo. Se “producen” héroes nacionales impolutos y se los “mediatiza” a través de una totalitaria distribución en la propaganda impresa, folletos, pamphlets, libros, emisiones radiofónicas y ritos públicos. La nueva derecha organiza estos actos mediáticos en dos grandes grupos: los dedicados a los Blutzeugen (Testigos de la Sangre) y a los Märtyrer der Bewegung (Mártires del Movimiento).[19] La iconografía es similar a la martiriología católica pero se exalta el culto a la muerte heroica, a la llamada del destino colectivo, a la Kriegsideologie, a la Naturaleza como factor político, a las leyes eternas de la Raza y la Tierra.

Schlageter, héroe arquetípico de Adolf Hitler: Ya a fines de 1923 y a lo largo de 1924, el NSDAP comienza la construcción del mito de Schlageter como nuevo mártir nacional.[20] Se publican uno tras otro libros hagiográficos: Rache für Schlageter!, Schlageter war Nationalsozialist, Denkt an Albert Leo Schlageter y Werde Du auch ein Schlageter!, mucho material de publicidad incluso un portfolio con fotos de la vida del mártir.[21] Hitler lo citará casi inmediatamente en un discurso público realizado en un mitin en Sängerhalle, Ausgburg, el 6 de julio de 1923;[22] además lo considerará como arquetipo del ario comprometido con la Gran Alemania en la primera parte de Mein Kampf (edición de 1925): “En la época de la más terrible humillación impuesta a nuestra patria rindió allá su vida por su adorada Alemania el librero de Nüremberg, Johannes Philipp Palm, obstinado 'nacionalista' y enemigo de los franceses. Se había negado rotundamente a delatar a sus cómplices, mejor dicho a los verdaderos culpables. Murió, igual que Leo Schlageter, y como éste, Johannes Philip Palm fue también denunciado a Francia por un funcionario”.[23] Su admiración sin límites explica porqué muchos investigadores consideran a Schlageter el héroe arquetípico o primario de Adolf Hitler. Incluso aparece en las arengas y escritos tempranos del estrecho círculo dirigente del NSDAP: en el discurso en un mitin local del entonces joven Heinrich Himmler, futuro jefe de las SS y la Policía del IIIº Reich,[24] o en la novela (éxito de ventas) de Goebbels, una auténtico irrationalem völkischem Nazi-Pathos, titulada Michael. Ein deutsches Schicksal in Tagebuchblättern (1929), donde el futuro ministro de propaganda del SS-Staat le hace decir a su protagonista, el nietzscheano Michael-Schlageter: “La Raza es la matriz de todas las fuerzas creadoras… El Dinero es la medida del Liberalismo. El Dinero no tiene raíces. Está por encima de todas las razas. Liberal quiere decir ‘creo en el Dios Mammon’. El Socialismo quiere decir ‘creo en el Trabajo’… Uno no debe preocuparse por sí mismo. Es necesario aceptar grandes cargas en la vida”.[25] Ya está aquí las ideas de sacrificio por la Volksgemeinschaft y el Ser-para-la-muerte, que se harán eco en la obra de Heidegger.
El Schlageter-Kult no fue exclusivo del NSDAP, todas las organizaciones de la nueva derecha de la República de Weimar le rendían culto como símbolo del futuro despertar de la nueva Alemania, recordemos aquí artículos de martiriología en las revistas del círculo jovenconservador de Ernst Jünger, tan admirado por Heidegger.[26] Hasta mayo de 1933 aparecieron quince libros sobre Schlageter, además de folletines y novelas juveniles. El autor teatral oficial del régimen nazi, el ex expresionista Hanns Johst, le dedicó una obra trágica, titulada Schlageter, que fue estrenada con pomposidad el día del cumpleaños de Hitler, el 20 de agosto de 1933, en el Staatlichen Schauspielhaus de Berlin y con la presencia personal del Führer y la jerarquía nazi (a la que también asistió Ernst Jünger). En la obra el personaje de Schlageter se pelea con su padre y le señala que sólo cree en la Comunidad del Pueblo, en la Volksgemeinschaft;[27] Goebbels estrenó la obra simultáneamente en sesenta teatros de toda Alemania. Las críticas de los diarios de la época hacían hincapié en la idea que la obra dejaba la sensación al espectador que de las cenizas del héroe caído Schlageter surgió como un fénix la figura redentora del Führer. Schlageter juega un rol destacado en la que es considerada la primera película de propaganda nazi de gran producción, Blutendes Deutschland (“Sangría Alemana”) del director Johannes Häussler. Schlageter es el protagonista excluyente de la segunda parte del film, titulada “Der Verrat an Deutschland” (La traición a Alemania), se describe su ejecución como una muerte heroica, Schlageters Heldentod, y aparece su figura combatiendo la ocupación belgo-francesa en el Ruhr, incluso con un montaje de fotos originales de su ejecución.[28] El culto no se detuvo allí, el mártir alemán por excelencia…¡hasta tuvo su propia lotería nacionalsocialista![29] A este arquetipo masculino del despertar nacional-racial le dedicará su discurso Martín Heidegger, el filósofo más importante del siglo XX, al conmemorarse diez años del fusilamiento, y este texto menor, olvidado y desconocido, es colocado en el centro del debate precisamente por el filósofo Karl Löwith. En la posguerra Heidegger trató, con bastante éxito, de “borrar” las huellas nacionalsocialistas o cualquier connotación política de su obra, como ya es notorio y documentado, y en especial de este perturbador discurso sobre Schlageter. Tenemos un ejemplo en un famoso texto hagiográfico del ex estudiante y amigo familiar de Heidegger, Heinrich W. Petzet, donde se afirma, de manera totalmente falsa y distorsionadora, que “entre los hombres que para Heidegger representaban el terruño se hallase una figura como Albert Leo Schlageter es un hecho que merece que nos detengamos en él. Por una singular coincidencia, en su búsqueda de ‘santos’ con que adornar su propio panteón, los hombres del IIIº Reich se apoderaron de muchos que no tenían nada que ver con ellos. Uno de ellos fue Schlageter, fusilado por la fuerza de ocupación del Ruhr en 1923, luego de un proceso sumario en el que se lo condenó por saboteador. Hijo de un campesino de Schönau, pocos años mayor que Heidegger, fue, al igual que éste, alumno del Liceo de Constanza y favorito del profesor de griego, el sacerdote Sebastian Hahn, procedente de Rast, cerca de Messkirch. Quizá esto explique que durante la celebración decretada por las autoridades estatales para el día 26 de mayo de 1933, en conmemoración del fusilamiento, Heidegger haya cantado loas a Schlageter, al que se sentía próximo meramente por su vinculación con el terruño, y a quién, más allá de eso, consideraba un personaje problemático. Su himno a Schlageter, fue, a la vez, un elogio de los bosques y de las montañas de su tierra natal.”[30] El exorcismo posmoderno se logra colocando un adjetivo, “meramente”, que reduce absolutamente la verdadera figura de Albert Leo Schlageter (“que no tenía nada que ver con ellos”) a un trágico coterráneo, a un nostálgico convecino comarcal, a un auténtico espectro existencial de final trágico. Es sintomático que Karl Löwith afirmara todo el tiempo, de alguna manera enfrentando a su antiguo maestro y a su entorno, que Schlageter era un héros national-socialiste.[31] Las ceremonias del Schlagater-Kult tenían lugar anualmente todos los 26 de mayo. En el día de Pentecostés de 1933 se le rindió homenaje en su provincia natal en Schönau (Selva Negra) con la presencia de más de mil notables de la política, la cultura y el arte del NS-Staat. Allí estaban el Oberbürgermeister (alcalde) de Freiburg el doktor Franz Anton Josef Kerber, el Führer de las SA, Hanns Elard Ludin, hasta el príncipe de Prusia, August Wilhem, como representante del gobierno del IIIº Reich. El mismo día el Gauletier (gobernador) del Land de Baden Robert Wagner inauguraba con fanfarria un monumento en honor a Schlageter en la cima del monte Zugspitze. Como Heidegger, Schlageter había sido alumno de la misma escuela, el Liceo de Constanza (rebautizado como Schlageter-Gymnasium en 1936) y más tarde alumno de bachiller en el Bertholds-Gymnasium, tal como lo señala el hagiógrafo Petzet. Existe otra afinidad electiva con el propio Heidegger y su pasado teológico cristiano reaccionario: Schlageter era, como ya dijimos anteriormente, un católico dogmático que en su época de estudiante había militado en la fraternidad “Cartellverband der katholischen deutschen Studentenverbidungen”(CV).[32] El diario oficial nazi Völkischer Beobachter en su edición para la zona sur de Alemania, del 30 de mayo de 1933, nos pinta a grandes rasgos el pintoresco homenaje friburgués, el contexto del discurso: “La Universidad de Freiburg también ha sido convocada para honrar, con la mayor sobriedad, la muerte de nuestro héroe. Tras el discurso del camarada Heidegger, el millar de personalidades presentes en la ceremonia levantaron su brazo en silencio”. 

Excursus II: el concepto de Ser-para-la-Muerte” en Heidegger: en su crítica al discurso heideggeriano sobre el mártir nacionalsocialista, Löwith comienza señalando, en una nota a pie de página para el lector francés, que Albert Leo Schlageter había sido “canonizado” por el Nacionalsocialismo antes y después de 1933, para luego analizar el mecanismo que Heidegger utiliza para transponer su Daseinanalytik en la ponderación de un auténtico héroe de la nueva derecha. Löwith dirá que en el discurso laudatorio de Heidegger se “travestiza” (travestie) la idea de muerte desarrollada en Sein und Zeit, entendida siempre como un momento “auténtico y particular”, radicalmente singular, una noción central del Dasein, para celebrar la gloria de un héroe völkische. Recordemos que tanto el concepto de muerte, Tod, como el de “morir” (Sterben, que establece la diferencia con el mero y biológico fenecer) y la posterior clarificación de nuestra existencia como Sein-zum-Tode, “Ser-para-la-Muerte”, es analizada por Heidegger en la decisiva segunda sección, capítulo en que analiza el Dasein y la Temporalidad. ¿Cómo analizaba Heidegger en su Fundamentalontologie el fenómeno de la Muerte? ¿Estaba Schlageter en el pensamiento de Heidegger ex ante de 1933? ¿No es casualidad que el tema de la muerte en la analítica existencial aparezca precisamente después de su fusilamiento, en julio de 1924? ¿Schlageter era un encarnación de la Kampf als inneres Erlebnis,[33] tal como la entendía Ernst Jünger, que permitía la aparición&revelación del Dasein auténtico? ¿Se travistió la existenzial Analytik de su obra Sein und Zeit para aggiornarse a la llegada al poder del NSDAP o estaba ya latente las potencialidades políticas de la teoría mucho antes de 1927? ¿Schlageter y su heroica muerte casi socrática fue de alguna manera el aguijón del futuro concepto de muerte? El influyente filósofo Jürgen Habermas ha formulado una tesis (en realidad creación original del heideggeriano Otto Pöggeler) que goza de cierto consenso académico según la cual recién a partir del año 1929 (año del Crack económico mundial del capitalismo) es cuando comienza Heidegger la transformación de su teoría filosófica en ideología NS, en cosmovisión nazi, ya que es a partir de esta cesura cuando en su obra aparece un confuso diagnóstico de la Krisis de evidente “matriz neoconservadora”.[34] Dice Habermas “que aproximadamente desde 1929 (Heidegger) pone en marcha una cosmovisionalización de la Teoría. Desde ese momento empiezan a penetrar en las más secretas moradas de la filosofía de Heidegger motivos de ese turbio diagnóstico de la época que venían haciendo los ‘jóvenes conservadores’. Heidegger se abre por primera vez del todo al pensamiento antidemocrático que en la República de Weimar había encontrado en la derecha prominentes portavoces y que incluso había atraído a pensadores originales.” En primer lugar es muy burdo, esquemático y de causalidad mecánica, un reduccionismo economicista, el pensar como causa única y eficiente en la evolución intelectual de Heidegger (o de cualquier otro autor) una crisis económica capitalista, por profunda y duradera que sea; en segundo lugar, el considerar Sein und Zeit como una obra de “teoría pura”, ¿aséptica y expurgada de todo lazo con el mundo político-histórico?, es también dudoso e incorrecto. Pero aparte de todas estas objeciones de método, Habermas se equivoca en establecer una línea de demarcación, su extraña “cesura biográfica” entre Theorie y Weltanschauung, en el año 1929. Mucho antes incluso de la aparición de Sein und Zeit en 1927, por ejemplo en las clases de los años 1920-1921, ya es posible encontrar una fuerte impronta jovenconservadora, de este “Nihilismo heroico”. En ellas ya se observa una polémica contra la seguridad (Sicherheit) y la comodidad (Bequemlichkeit) de la vida burguesa, el imperio liberal de la Sorglosigkeit (securitas),[35] frente a lo cual la Cura (en esta época Bekümmerung, más tarde la famosa Sorge) es su directa antítesis. El Dasein en la vida fáctica, tiene bajo el dominio de lo Uno (Das Man), la tentación forzosa hacia lo fácil y de tomarse las cosas trascendentales superficialmente, a la ligera (Leichtnehmen): la cotidianeidad burguesa es, dirá Heidegger, “ausencia de cura” (Sorg-losigkeit), imposibilidad de una muerte basada en una “decisión originaria” (Ur-entscheidung). La sociedad burguesa torna imposible lo que Heidegger denomina Situation der genuinen Urentscheidung, una situación de genuina decisión originaria, impidiendo que la Verdad del Ser justifique el sacrificio.[36] Aunque el tema de la muerte auténtica aparece marginalmente en estos años, habrá que esperar para su indicación formal dentro de una analítica de la existencia. Y precisamente irrumpe en la filosofía heideggeriana después del conmocionante fusilamiento e inmediata canonización en la esfera pública del héroe Schlageter. Sabemos que las ideas básicas de Heidegger y el núcleo esencial de su obra mayor Sein und Zeit recibirán su primera presentación pública en el discurso titulado “El Concepto del Tiempo” presentado en la Sociedad Teológica de Marburg en 1924.[37] Gadamer ha incluso calificado a esta conferencia de Urform, de ser la primer forma primitiva de Sein und Zeit.[38] Allí aparece un cambio significativo con respecto a los diferentes esbozos anteriores a 1923: surge la preocupación de Heidegger por una sistematización de la muerte, intuida como posibilidad de encontrarse a sí mismo. La particularidad propia del Dasein es la que le proporciona su más extrema posibilidad de Ser (Seinsmöglichkeit), su posibilidad ontológica más radical: “el Dasein se revela (zeigt es) en su posibilidad más extrema. El fin de mi Dasein, mi muerte, no es algo en ocasión de lo cual una secuencia encadenada de efectos (Ablaufszusammenhang) se corta inesperadamente, sino una posibilidad acerca de la cual el Dasein sabe de algún modo algo: que puede agarrar y apropiarse de la más extrema posibilidad de sí mismo en tanto que inminentemente ante sí (bevorstehend). El Dasein posee en sí mismo la posibilidad de encontrarse con su muerte como la posibilidad más extrema de sí mismo, ser un precursor, un anticipar hacia lo que Heidegger llama “Ser-acabado” (Vorbei). Esta extremísima posibilidad del Ser tiene el carácter de la certeza de la inminencia de lo ante sí, y esta certeza está a su vez caracterizada por una completa indeterminación. La auto-interpretación del Dasein que sobrepasa (überragt) a toda otra enunciación en certeza y en verdad propia (Eigentlichkeit) es la interpretación acerca de su muerte: la certeza indeterminada de la posibilidad más propia de Ser-hacia-el-Fin (Zu-Ende-seins).”[39] La posibilidad de un Dasein que ya no rehuye su muerte, que va determinado al encuentro del Vorbei, es lo que revela de golpe mi existencia ya no en la mera y alienada cotidianeidad (junto al fetichismo de las cosas mundanas, “junto a esas futilezas, esos rodeos, a ese parloteo” del das Man burgués), ya que saca de la guarida todos los disimulos y afanes. El Vorbei, el “Ser-acabado” no es ningún “qué” para el Dasein, dirá Heidegger, sino pura y simplemente el “cómo” por excelencia de mi Dasein. El “Ser-acabado” tiene la fuerza de situar, sin indulgencia, al Dasein ante la posibilidad de su sí mismo: “en medio del esplendor de lo cotidiano, el Vorbei es capaz de colocar al Dasein en lo siniestro”, en la inquietante extrañeza (in die Umheimlichkeit). En tanto que mantiene para el Dasein su posibilidad más radical, el “anticipar” o “precursar” (Vorlauf) es la consumación fundamental, la realización esencial de la interpretación del Dasein. Sólo si se mantiene en este precursar está el Dasein propiamente cerca de sí mismo, que no es otra cosa, dirá Heidegger, que el Futuro verdadero y singular del propio Dasein: “el Dasein, concebido en su posibilidad más extrema de Ser, es en sí mismo Tiempo, y no en el Tiempo… Todo el parloteo en el que el Dasein se mantiene, toda inquietud, toda ocupación, todo alboroto y todo corretear, se vienen abajo. No tener Tiempo quiere decir arrojar el Tiempo en el presente malo de lo cotidiano (schlechte Gegenwart des Alltags).”[40] Así caracterizado el Dasein, el “Ser-futuro” (Zukünftigsein) es, en tanto que “cómo” propiamente dicho del “Ser-temporal” (Zeitlichsein), el modo de Ser del Dasein (Seinsart des Daseins) en el cual y desde el cual él se da su Tiempo, en tanto dimensión temporal. Es el Zukünftigsein, afirmará Heidegger,  el que da Tiempo, forma el Presente y deja al Pasado “repetir el ‘cómo’ de su vivencia.” El Dasein tiene la posibilidad en un momento kairológico, en su memento mori, en términos heideggerianos, en el Augenblick, de ser auténtico, de ser un modo de Ser que puede formar e instituir el hoy, ser el tiempo esencial, más allá de la mera certeza biológica. La desesperación se transformará en Heidegger, como señalará Löwith en otro texto, en autoafirmación del Dasein y la Muerte en la autoridad suprema y final del Ser que se mantiene a sí mismo a pesar o a contrariis de la vida fáctica. ¿Cuáles son las razones para esta irrupción de la muerte en las investigaciones heideggerianas? Las razones son obscuras, pero resulta sintomático que como una Grenzsituation, como situación-límite, aparezca en la teoría después de la socrática muerte de Schlageter, después del sacrificio en el cual se interpretó cabalmente su fenecer. El Dasein alemán finalmente elige a su héroe. (Continuará)

Imagen: Martín Heidegger como Rektorführer de la Universidad de Freiburg, foto oficial con su rúbrica, mayo de 1933.



[1] Löwith, Karl; Das Individuum in der Rolle des Mitmenschen, Drei Masken Verlag, München, 1928. Existe una re-edición por la editorial Wissenschaftliche Buchges de 1969 y ahora forma parte de sus obras escogidas: Sämtliche Schriften. Band, Metzler, Stuttgart, pp. 19-197. Sobre este trabajo véase el penetrante análisis de Michael Theunissen en su libro Der Andere: Studien zur Sozialontologie der Gegenwart, De Gruyter, Berlin, 1977, VI Kapitel, p. 413 y ss.
[2] Löwith, Karl; ““Les implications politiques de la philosophie de l'existence chez Heidegger”; en: Les Temps Modernes, 14, 1946-1947, p. 347. Löwith vuelve a relacionar aquí a Heidegger con el jurista Carl Schmitt como un estado de “correspondencia” y afinidad electiva entre la analítica existencial y el existencialismo político realista-heroico, recordando el análisis de Herbert Marcuse de 1934 que hemos analizado. Véase la tercera parte de nuestro trabajo, on-line: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=116398
[3] Remitimos al lector a nuestra traducción del texto al español on-line: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=39486
[4] Su discurso fue inmediata y generosamente reproducido en los controlados medios impresos del NS-Staat: se publicó con el título “Schlageterfeier der Freiburger Universitat”, en el órgano oficial del NSDAP de Baden, Der Alemanne. Kampfblatt der Nationalsozialisten Oberbadens, con una breve introducción, 27. Mai. 1933, p. 6; con el mismo título en el diario local nazificado Freiburger Zeitung, 150, Jahrgang, Nº 124. 27. Mai. 1933, Morgenausgabe, p. 3; con el título “Freiburger Schlageterfeiern. Feier der Universität”, en el diario Breisgauer Zeitung, 85, Jahrgang, Nº 124, 27. mai. 1933, p. 9;  y con el título “Schlageter” en el diario oficial de los estudiantes nacionalsocialistas: Freiburger Studentenzeitung, VII, Semester XIV, N.°3, 1. Juni. 1933, p. 1, que por su precisión léxica seguramente debió ser copiado del manuscrito del propio Heidegger. Actualmente se encuentra en el tomo 16 de sus obras completas con el título de “Gedenkworte zu Schlageter (26. Mai 1933 vor der Universität)”: Gesamtausgabe: I. Veröffentlichte Schriften 1910-1976. Reden und andere Zeugnisse eines Lebensweges: 1910-1976, Band 16, Klostermann, Frankfurt am Main, 2000, p. 759.
[5] Cómo aparece en la poesía popular völkische de Otto Paust (editor del diario de Goebbels Der Angriff), “Das Lied vom ‘Verlorenen Haufe’”, en: Glombowski, Friedrich; Organisation Heinz (OH): das Schicksal der Kameraden Schlageters, Hobbing, Berlin, 1934, p. 6, en el segundo verso escribe: “Des Dritten Reiches erster Soldat”.
[6] Favez, Jean-Claude; Le Reich devant l'occupation franco-belge de la Ruhr en 1923, Librairie Droz, Paris, 1969. Durante el tiempo de la ocupación franco-belga, murieron 137 alemanes y resultaron con heridas más de 600 personas en la resistencia civil.
[7] Glombowski, Friedrich; Organisation Heinz (OH): das Schicksal der Kameraden Schlageters, Hobbing, Berlin, 1934.
[8] Los datos esenciales de su vida en un esbozo hagiográfico: Billung, Hermann; Albert Leo Schlageter. Ein deutscher Freiheitsheld, Grundlagerverlag, 1997. Véase también la generación y dimensión de su culto en: Hillesheim, Elisabeth; Die Erschaffung eines Märtyrers. Das Bild Albert Leo Schlageters in der deutschen Literatur von 1923 bis 1945, Peter Lang, Frankfurt am Main, 1994.
[9] En la Asociación katholischen Studentenverbindung K.D.St.V. Falkenstein Freiburg im Breisgau.
[10] Ganyard, Clifton/ Jones, Larry Eugene; Artur Mahraun and the Young German Order: An Alternative to National Socialism in Weimar Political Culture, Edwin Mellen Press, Lewiston-New York, 2008.
[11] El nombre completo de la organización, fundada en 1919, era: Stahlhelm, Bund der Frontsoldaten, “Casco de Acero. Liga de Soldados del Frente”, con 500.000 miembros llegó a ser la fuerza paramilitar más grande en la República de Weimar. De ideología modernista reaccionaria, antirepublicana, antidemocrática, antisemita (los veteranos judíos eran excluídos por estatuto, la famosa “Clásusula Aria”, que señalaba oficialmente la lucha contra toda “raza extraña”) finalmente se autodisolvió dentro del NSDAP, proceso llamado irónicamente de Gleichschaltung voluntaria, en 1934. En el diario oficial Standarte. Wochenschrift des neuen Nationalismus era editor el escritor Ernst Jünger, amigo y muy admirado por Heidegger. Sobre la organización: Berghahn, Volker Rolf; Der Stahlhelm: Bund der Frontsoldaten 1918-1935, Bd. 33, Beiträge zur Geschichte des Parlamentarismus und der politischen Parteien, Drosto, Düsseldorf, 1966; sobre su integración en la columna vertebral de la Wehrmacht: Wette, Wolfram; La Wehrmacht: los crímenes del ejército alemán, Editorial Crítica, Barcelona, 2007, p. 73 y ss; en cuanto a un panorama general de la nueva derecha, el trabajo de disertación de Armin Mohler: Die Konservative Revolution in Deutschland 1918–1932. Ein Handbuch; Zugleich Diss. Basel 1949; en: d. 6. A. neu bearb. v. Karlheinz Weißmann; ahora editado por: Leopold Stocker Verlag, Graz, 1999.
[12] AA. VV.; Stalhhelm-Handbuch; Hg. Walter Kettner/ Heinrich Hildebrand, Berlin, 1927, p. 6.
[13] Der bürgerliche Rechtsstaat und die neue Front: die geistesgeschichtliche Lage einer Volksbewegung, Jungdeutscher Verlag, 1929.
[14] Por el nombre de su líder, Walter Eberhard Alexander Albert Freiherr von Medem, futuro “casco de acero” y llegará a ser Oberführer en los cuerpos de las SA.
[15] Sobre la figura del freikorps Salomon, que participó en el asesinato del ministro de relaciones exteriores de la República de Weimar Walter Rathenau, véase la voz “Salomon, von Ernst”, en:  Wistrich, Robert Solomon; Who's who in Nazi Germany, Routlegde, London, 2002, p. 217. Véase su autobiografía: Der Fragebogen, Rowohlt, Hamburg, 1951.
[16] Folleto anónimo: Albert Leo Schlageter... Dem deutschen Helden zum Gedächtnis. Zusammengestellt von den Sturmabteilung Schlageter N.S.D.A.T.; Verlag der nationalen Propaganda, München, 1923.
[17] Brandt, Rolf; Albert Leo Schlageter. Leben und Sterben eines Deutschen helden Hamburg,  Hanseatische Verlagsanstalt, Hamburg, 1926, p. 103.
[18] Sobre el panteón de héroes eternos del Nacionalsocialismo y el destacado lugar que ocupaba Schlageter, véase el trabajo de Jay W. Baird: To Die for Germany: Heroes in the Nazi Pantheon, Indiana University Press, Bloomington, 1992, capítulo II, p. 13 y ss.
[19] Véanse los artículos de Christian Fuhrmeister: “Ein Märtyrer auf der Zugspitze? Glühbirnenkreuze, Bildpropaganda und andere Medialisierungen des Totenkults um Albert Leo Schlageter in der Weimarer Republik und im Nationalsozialismus”, en: Zeitenblicke, 2004, 3, Nº 1; y “Schwarzwälder Granit: Martin Heidegger und Albert Leo Schlageter”, en: Georges-Bloch-Jahrbuch des Kunstgeschichtlichen Seminars der Universität Zürich, 7, 2000, pp. 186-201.
[20] Empezando por el diario oficial nazi, Volkischer Beobachter, que hizo una amplia recensión del fusilamiento de Schlageter el 10 de junio de 1923, con gran encabezado en portada, en el cual se podía leer en tipografía catástrofe: “Albert Leo Schlageter zum Gedächtnis” (“En memoria de Albert Leo Schlageter”).
[21] Un breve racconto literario-político desde 1924 hasta 1932: Hans Schöpflin: Albert Leo Schlageter, Leipzig 1924; Rolf Brandt: Albert Leo Schlageter. Leben und Sterben eines deutschen Helden, Hamburg 1926; Hermann Faßbender / Wilhelm Roggendorf / Paul Sengstock: Albert Leo Schlageter. Seine Verurteilung und Erschießung durch die Franzosen in Düsseldorf am 26. Mai 1923, 1. Aufl., Düsseldorf 1927; Arthur Rehbein: Für Deutschland in den Tod. Leben und Sterben Albert Leo Schlageters, Berlin 1928; Erwin Friedrich Kern: Albert Leo Schlageter und seine Heimat, Schönau o. J. (1929), Hans Willinghöfer: Schlageters Heldentod. Ballade, 2. Aufl., Dortmund 1931; Hermann Hagen (Hg.): Albert Leo Schlageter. Gesammelte Aufsätze aus der Monatsschrift des CV (Flugschriften aus dem CV, N. F. Heft 13), München 1932.
[22] Archivos NARA: NSDAP Hauptarchiv, Roll 2, Folder 59. Hitler lo seguirá mencionando en sus discursos como modelo del héroe völkische, como por ejemplo, el del 12 de septiembre de 1923 en Münich titualdo: “Die  Zusammenbruch der Novemberrepublik un die Million unserer Bewegung”; en: Hitler, Adolf; Adolf Hitlers Reden; Hg. von Dr. Ernst von Boepple; Deutscher Volksverlag, München, 1933, pp. 88-95.
[23] Hitler, Adolf; Mein Kampf, 1 Band, Verlag Franz Eher, München, 1925. p. 2; para el rol de Schlageter en el corpus ideológico sistemático de Hitler, véase el libro de Othmar Plöckinger: Geschichte eines Buches: Adolf Hitlers ‘Mein Kampf’: 1922-1945; Oldenbourg Wissenschaftsverlag, München, 2011.
[24] Discurso público el 9 de septiembre en Platting; Archivos NARA: NSDAP Hauptarchiv RG 242, T-175, Roll 118, Frames 3500-3501, 4553-4554, 3391-3392. Apareció luego como artículo en: Kurier für Niederbayern, Jg. 78, Nr. 308, 13.11.1925,; ahora como “Bericht über eine Himmler rede auf der Gefallenen gedächtnis feier am 9.11.1925”, en: Bradley Smith, Agnes Peterson (Hg.): Heinrich Himmler. Geheimreden 1933 bis 1945 und andere Ansprachen. Mit einer Einführung von Joachim C. Fest; Ullstein, Berlin, 1974, p. 56.
[25] Goebbels, Joseph; Michael. Ein deutsches Schicksal in Tagebuchblättern; Verlag Franz Eher, München, 1929, p. 138-139.
[26] Por ejemplo el artículo “Nationalistische Märtyrer”, firmada con el pseudónimo “Hans Hansen”, en la revista de los Stahlhelm, Standarte. Wochenschrift des neuen Nationalismus; 1.20, 12 August 1926. Su hermano Friedrich Georg también escribió un artículo: “Albert Leo Schlageter”, en la revista de la nueva derecha Arminus y luego en una compilación editada por su hermano Ernst: Jünger, Ernst (Hg.), Die Unvergessenen, Justin Moser Verlag, München, 1928, pp. 302-311; los “inolvidables” del título era el Panteón del nuevo nacionalismo alemán, de el “Barón Rojo” Von Ritchofen, pasando por el almirante von Spee, grandes héroes que lucharon por la Gran Alemania y expresaban el auténtico carácter germano.
[27] Johst, Hanns; Schlageter: Schauspiel; Langen&Müleer, Münich, 1933, con la pomposa dedicatoria: Für Adolf Hitler in liebender Verehrung und unwandelbarer Treue, o sea: “Para Adolf Hitler con amorosa devoción e inquebrantable lealtad”. Véase: Gadberry, Glen W.; Theatre in the Third Reich, the prewar years: essays on theatre in Nazi Germany; Greenwood Publishing Group, 1995, p. 36.
[28] Hoffmann, Hilda; The triumph of propaganda: Film and National socialism, 1933-1945; Berghan Books, Providence-Oxford, 1996, pp. 162-163.
[29] Pero además el SS-Staat lo honró de diversas maneras: editó toda su correspondencia, calendarios, calles céntricas, plazas, esculturas, paseos, museos, memoriales, monolitos, condecoraciones del partido, pines de propaganda, bandas de música, tuvo una escuela-fragata, la Segelschulschiffes "Albert Leo Schlageter"de la Kriegsmarine que dio la vuelta al mundo, regimientos del RAD, marchas marciales, un escuadrón de cazas de la Luftwaffe, JG 26, así como una división armada en las postrimerías de la derrota final.
[30] Petzet, Heinrich, W.; Encuentros y diálogos con Martin Heidegger, 1929-1976, Katz Editores, Buenos Aires, 2008, p. 51. Esta línea de defensa oficial sobre el texto “Schlageter” será adoptaba como dogma universal por los heideggerianos sin cuestionarla. A modo de ejemplo, es curioso pero los editores, tanto en alemán como en francés, hicieron todo lo posible por expurgar a Schlageter de connotaciones nacionalsocialistas, tal como lo sugiere Petzet y Heidegger, se trata de proteger la reputación del Pastor del Ser con respecto a toda invasión de lo político en general y del Nacionalsocialismo en particular. El editor de los Ècrits Politiques 1933-1966 de Heidegger en francés, el heideggeriano François Fédier, al publicar este discurso, intenta expurgarlo de dos maneras: 1) por medio de la traducción anodina y distorsionada de términos claves de la Lingua Tertii Imperii (Reich por Estado; NSDAP como “partido de los trabajadores nacionales-socialistas alemanes”(sic); Gleischshaltung por “puesta en armonía”, etc.) y 2) con un aparato de citas que neutralizan la carga política o directamente desinforman al lector, como, por ejemplo, en la fantástica contextualización del saludo nazi Sieg Heil! que aparece en muchos textos de Heidegger. En el caso de Schlageter se oculta su pasado Freikorps e incluso Fédier señala de manera mentirosa que Schlageter “n'a jamais été nationalsocialiste”, cuando sabemos que estaba afiliado al NSDAP casi desde su fundación; véase: Heidegger, Martin; Écrits politiques 1933-1966; Éditions Gallimard, Paris, 1995, “Notes”, II, par François Fédier, p. 295. No es raro esta manipulación descarada de textos en la política editorial de Heidegger. La hermenéutica de la inocencia de los heideggerianos pueden llegar a extremos injustificables desde el punto de vista filológico y académico. En un reciente trabajo, se sostiene una variante de la coartada heideggeriana original, al afirmarse que Schlageter era una especie de héroe nacional indiscutido para todo el espectro político nacional de esa época, incluso dentro de la mentalidad de un alemán normal y corriente; véase: Radloff, Bernhard; Heidegger and the question of National Socialism: disclosure and gestalt; University of Toronto Press, Toronto, 2007, p. 114, 136 y 167.
[31] Löwith, Karl; “Les implications politiques de la philosophie de l'existence chez Heidegger”; en: Les Temps Modernes, 14, 1946-1947, p. 353.
[32] “Der CV bekennt sich zu Albert Leo Schlageter”, en: Academia, 46:1, 15, mai, 1933. Sobre el Catolicismo y su relación con el origen del Nacionalsocialismo, largamente subestimada por los historiadores, véase la investigación pionera de Derek Keith Hastings; Catholicism and the roots of Nazism: religious identity and national socialism, Oxford University Press, Oxford/New York, 2010.
[33] El artículo de gran influencia titulado “La Lucha como experiencia interior”: Jünger, Ernst; “Der Kampf als inneres Erlebnis”; E.S. Mittler & Sohn, Berlin 1922; ahora en: Sämtliche Werke. Band 7; pp. 9-103, Klett-Cotta, Stuttgart 1980.
[34] Habermas, Jürgen; “Vorwort. Martin Heidegger: Werk und Weltanschauung”; en: Farias, Victor; Heidegger und der Nationalsozialismus; Fisher Verlag, Frankfurt A.M., 1989, p. 17 y ss. Habermas sostiene que la influencia neoconservadora se debe al influjo creciente de los hermanos Jünger y el círculo en torno a la revista Die Tat: “las cabezas afines del movimiento conservador-revolucionario —con Spengler, los hermanos Jünger, Carl Schmitt y los miembros del círculo Die Tat—.” El texto apareció en español en una compilación con el extraño título de: Identidades nacionales y Postnacionales, Tecnos, Madrid, 1989.
[35] Heidegger, Martin; Gesamtausgabe Abt. 2 Vorlesungen Bd. 61. Phänomenologische Interpretation zu Aristoteles: Einführung in die phänomenologische Forschung, Klostermann, Frankfurt, 1994, capítulo “Das ‘Leichte’”, p. 108 y ss. Se trata de las clases dictadas en el Winter Semester de 1920-1921 como introducción a la investigación fenomenológica, seran usadas por Heidegger como hándicap académico a su postulación para las cátedras de Marburg y Göttingen;  además será el núcleo de un proyectado libro sobre Aristóteles jamás escrito. Das Leichte,  será, en esta etapa del desarrollo intelectual de Heidegger, una de las cuatro categorías fundamentales de la vida fáctica, das faktisches Leben.
[36] Heidegger, Martin: ibidem, p. 35, 79 y 109.
[37] Heidegger, Martin; “Der Begriff der Zeit” (Vortrag vor der Marburger Theologenschaft, 1924); ahora en: Gesamtausgabe III. Abteilung: Unveröffentlichte Abhandlungen-Vorträge-Gedachtes. Band 64: Der Begriff der Zeit (1924), Klostermann, 2004; en español: El concepto de tiempo, Ed. Trotta, Madrid, 1999. No es casualidad, además, que el pathos de esta conferencia sea muy polémico, sin nombrarlo, con Kierkegaard y su idea subjetiva de muerte.
[38] Gadamer, Hans-Georg Gadamer, “Martin Heidegger und die Marburger Theologie”; en: Poggeler, Otto (Hg.), Heidegger: Perspektiven zur Deutung seines Werks; Kiepenheuer & Witsch; Koln und Berlin, 1970, p. 169.
[39] Heidegger, Martin; Gesamtausgabe III. Abteilung: Unveröffentlichte Abhandlungen-Vorträge–Gedachtes. Band 64: Der Begriff der Zeit (1924), Klostermann, 2004, p. 116, traducción propia; en español: ibidem, p. 43.
[40] Heidegger, Martin; ibidem, p. 118. Traducción propia.


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