El Papa como "product placement"

El Wall Street Journal da en la clave con un nuevo culto al Papa: el de los "Product Placing" de los grandes "logos" multinacionales. Parece ser, según la noticia aparecida hoy, que Benedicto ha lucido gafas de sol de la marca Serengeti, camina sobre zapatos antisudor Geox o mocasines hechos a mano de Prada y tiene, ¡como no!, un iPod blanco grabado con una dedicatoria. Al parecer Juan Pablo II era como Stalin: un espartano, casi un anacoreta en sus detalles personales. Si "Koba" murió con unos viejos botines de tacos carcomidos que se negaba a reemplazar, Wojtyla calzaba un par de zapatos marrones gastados y hasta el atentado de 1981 se trasladaba en un coche de los años 60 heredado. "Placement" es colocar o bien un producto o un "brand" en lugares visibles: ya no sólo el Papa, sino en los videojuegos mismos (una inocente tarjeta Visa). Algunos ejemplos clásicos, aunque no "integrados" como en la posmodernidad, pueden verse en varias páginas: desde el De Lorean en "Back to Future" al Ford Taurus de "Robocop". El capitalismo posfordista inaugura una nueva cobertura ideológica, la "Advertising Era", donde la ciudadanía se traduce en sujeto consumidor. El negocio y el poder derivado es enorme y parece que muy productivo, evitando el rompecabezas del "zapping". No se salvan ni las películas que intentan ser humanistas. O incluso plantar productos en films antisistema, como "V for Vendetta", que ambientada en una Gran Bretaña totalitaria, muestra un régimen que sólo deja elegir a sus subditos entre televisores JVC o computadoras Dell. Existen "Brandchannels" que monitorean la creciente hegemonía de esta manipulación activa y pasiva, con un archivo que impresiona. Y hasta un "Top Ten". La BBC ya lo ha prohibido con buenas razones: disminuye la confianza del consumidor (curioso: es como un efecto indeseado) y desgasta su línea editorial. La Albión neoliberal se ha diferenciado de los EE.UU. y de la progresista Unión Europea que aprobó el "Product Placement" en el 2005. ¿Seremos todos "True-Man Burbank", que mientras desayunamos vendemos los productos inconscientemente con un empleo cada vez más precario y desinteresados de la política?... Por lo pronto no se salva ni la religión ni la anarquía...