domingo, diciembre 20, 2009

¿Heidegger nazi? la falsa polémica del Dr. Bunge


Se ha reavivado en Argentina, a propósito de un artículo del epistemólogo argentino Mario Bunge en el diario Perfil de Buenos Aires titulado ¿Fue Heidegger un filósofo nazi?, la ardua cuestión de la adhesión al nacionalsocialismo del filósofo más influyente del siglo XX, Martin Heidegger. El argumento de Bunge contra Heidegger es viejo y conocido: desde el punto de vista del Wiener Kreis, el Círculo de Viena, del positivismo lógico más extremo, simplemente se niega que lo que Heidegger escribió tenga sentido. Recordemos que las concepciones fundamentales del Círculo de Viena se pueden agrupar en tres ideas directivas: 1) Ciencia y Vida están separadas, Ciencia es ciencia exacta (natural y lógica); 2) las proposiciones lógicas son analítico-tautológicas, las proposiciones de la ciencia real (empírica) son sintéticas, se refieren a hechos; 3) la referencia de las proposiciones de la ciencia real le corresponde una experiencia real o posible, a diferencia de las proposiciones “metafísicas”. Cuando Russell puso en claro que el empirismo no puede probar empíricamente su principio de la concordancia entre realidad y proposición, los positivistas pusieron entre paréntesis la referencia a la realidad. Popper redujo los enunciados científicos con sentido a un convenio o acuerdo; Neurath los interpretó como enunciados coherentes entre sí (no con un Mundo exterior); Carnap los consideró bajo un punto de vista de la pura y formal sintaxis. Bunge repite, sin citarlo, los argumentos del experimento de Rudolf Carnap escrito en un ensayo “Überwindung der Metaphysik durch logische Analyse der Sprache”, o sea: la superación de la Metafísica a través del análisis lógico del lenguaje (Erkenntnis, vol. 2, 1931/1932). Tomando como ejemplo el texto de la conferencia de Heidegger Was ist Metaphysik? de 1929, y seleccionando párrafos en los cuales reflexiona sobre la Nada (Das Nichts), Carnap pretendía haber resuelto, en un plumazo empirista lógico, toda la tradición idealista alemana demostrando su sinsentido desde el punto de vista lógico-positivista. Heidegger le responderá en el Nachwort de la edición de 1943. El modelo de lenguaje era para los empiristas lógicos, el de la física, por lo que al pasar los razonamientos de Heidegger por el tamiz de la sintaxis y el vocabulario lógico del lenguaje, simplemente “eso” no podía llamarse de ninguna manera filosofía en sentido estricto. Sein und Zeit, no hacía falta leerlo a fondo, era una enorme “pseudoproposición desprovista de sentido”, o como dice Bunge: “bla-bla”. Y punto. En otra entrevista a un diario español se atrevió a decir que “las frases de Heidegger son las propias de un esquizofrénico. Se llama esquizofacia. Es un desorden típico del esquizofrénico avanzado.” A este punto llegó el autoritarismo conservador de los restos del naufragio positivista y utilitarista anglosajón, hasta cruzar el límite de la demagogia y el panfleto mal enmascarado.

Cuando Bunge cita a Heidegger es una caricatura, en realidad sólo intenta considerarlo bajo un punto de vista pura y formalmente sintáctico. Pero si la sintaxis no alcanza, recurre a la mala fe sartriana. Como ejemplo en el artículo, para demostrar la charlatanería heideggeriana, nos trae una cita de la Sein und Zeit de 1927: “En su familiaridad con la significación, el ser es la condición óntica de la posibilidad de la descubribilidad [Entdeckbarkeit] del ser, que se encuentra en la manera de ser del estado (disponibilidad) en un mundo, y puede conocerse así en un en sí” (cita y traducción de Bunge). La transcribimos en alemán: “Das Dasein ist in seiner Vertrautheit mit der Bedeutsamkeit die ontische Bedingung der Möglichkeit der Entdeckbarkeit von Seiendem, das in der Seinsart der Bewandtnis (Zuhandenheit) in einer Welt begegnet und sich so in seinem An-sich bekunden kann.” (SZ, p. 87, #18). Bunge en primer lugar no toma el razonamiento heideggeriano completo, sino lo mutila ex profeso: ha desaparecido el sujeto de la oración: Das Dasein ist. ¡Curiosa manera de practicar análisis del lenguaje! El Heidegger bungeano a estas alturas balbucea como un esquizofrénico. La traducción (completa) que proponemos sería: “El Dasein es, en su familiaridad con la significatividad, la condición óntica de posibilidad del descubrimiento del Ente que comparece en un Mundo en el modo de ser de la condición respectiva (estar-a-la-mano), Ente que de esta manera puede darse a conocer en su En-sí.” Para el logicismo talibán de Bunge esto no tiene ningún sentido pero podríamos explicarle que debería contextualizar el desarrollo del párrafo dentro de la estructura de exposición de Heidegger en Sein und Zeit, es decir: dentro de la primera sección, parte III, y el análisis de la mundanidad como res extensa; podríamos explicarle que el concepto de Zuhandenheit, literalmente “lo que hay al alcance de la mano”, indica la dimensión instrumental que el hombre a través de su praxis, encuentra en el Mundo. Curiosamente Bunge destaca en alemán la palabra menos importante del párrafo…

Para Bunge Heidegger ilustra la magnificencia y solidez del logicismo. No quiere ni desea entender a Heidegger (o a Marx). Para el Círculo de Viena la filosofía tiene la acepción de una disciplina más bien ligada a lógica y el empirismo inglés, que define lo relevante de los enunciados. La claridad es el nuevo dogmatismo, claridad basada en la Lógica como un “don del cielo”, que es la base, Aufbau, de la concepción científica del Mundo. Lo curioso es que los positivistas lógicos no aplicaban, ni aplicarán, esta regla de criterio a la Biblia del movimiento lógico: el Tractatus de Wittgenstein, un libro lleno de aforismos, de fervor profético misterioso, oscuridad sibilina y semántica inexplicable. ¿Wittgenstein era un auténtico filósofo desde la óptica bungeana? Lo cierto es que para el empirista lógico el único método de esclarecimiento es el análisis lógico, el viejo sueño leibnizniano que intentaron forjar Frege, Russel y Carnap. Pero el empirismo lógico, con este análisis formal, con esta reducción ad absurdum al dictado de un idealista syntaktische Kategorie, en realidad no refuta ni demuestra nada: es una crítica totalmente externa a la filosofía de Heidegger. Su hipótesis de una Der logische Aufbau der Welt, de una estructura lógica del Mundo subyacente, es una proposición tan metafísica como el Dasein de Heidegger. En realidad Carnap (y el positivismo lógico) jamás han logrado refutar en su esencia la filosofía de Heidegger. La razón es simple: el empirismo lógico es una negación in toto de lo que en Occidente entendemos por filosofía. No suena extraño: muchos adherentes al Círculo de Viena directamente proponían la supresión de ese rescoldo psicológico-teológico llamado Philosophie. Ya en la mayoría de los abanderados del Logical Positivism se notaba una tendencia a despreciar o tomar muy superficialmente la tradición filosófica, o desconocerla en su totalidad la propia historia de la filosofía. El caso más patente es Wittgenstein, pero este pathos se repite en el mismo Bunge que maneja muy deficientemente los textos y contextos en que se desarrolló la filosofía de Martin Heidegger. Lo mismo le sucede cuando intenta criticar a Hegel o a Marx. De Marx llegó a decir que jamás había asistido a una universidad... Incluso es palpable su desconocimiento escolar de la obra de Heidegger, hasta en su simple cronología histórica, en su nivel doxográfico o biográfico. Se equivoca en datos precisos, como cuando afirma que Heidegger “exaltó la ‘grandeza’ de esta doctrina [el Nazismo] al terminar la guerra, por ejemplo en su Introducción a la metafísica” cuando en realidad el texto del que habla Bunge es de 1935. Le corregimos positivamente: en 1953 se re-editan las lecciones de 1935: Einführung des Metaphysik, en las cuales las referencias originales a la verdad interna y grandeza del movimiento nacionalsocialista (“...inneren Warheit und Grosse das NS...”) son contextualizadas y disfrazadas por Heidegger a posteriori. La “exaltación” heideggeriana después de la guerra de la que habla Bunge suponemos que se refiere al reconocimiento de elementos positivos en el nacionalsocialismo en su enfrentamiento con la cuestión de la Técnica, afirmaciones de Heidegger reproducidas en la entrevista a Der Spiegel de 1966. Difícilmente pueda criticarse un objeto si se lo desconoce de manera tan pueril. Más allá de la dudosa hermenéutica bungeana, es parcialmente cierto que ciertos sectores de la Intelligentzsia del NS-Staat (le recordamos a Bunge que el nacionalsocialismo no era monolítico sino una poliarquía ideológica) rechazaron o polemizaron con la analítica existencial de Heidegger y su coherencia con la Weltanschauung de Tierra y Sangre, pero eso no significa nada: desde otro punto de vista Heidegger también fue acusado de que su concepto de praxis, la famosa Sorge, le debía mucho a Feuerbach y Marx. También Nietzsche o Wagner eran cuestionados por filósofos y pensadores nazis si eran de utilidad (o no) para el NS-Staat. Pero estas críticas desde líneas internas al Nacionalsocialismo no nos dicen nada sobre el estatuto y el significado de Heidegger como filósofo, ni reconstruyen su sistema filosófico. También se equivoca Bunge cuando dice que “es verdad que el existencialismo y su progenitora, la fenomenología, sirve al fascismo en que, al preconizar la superioridad de la intuición sobre la razón, y al rechazar la ciencia, desarman la independencia de juicio y con ello contribuyen a formar súbditos crédulos, ignorantes y dóciles. Pero esto no basta: el fascista ideal está dispuesto a combatir y a morir por su líder.” La funcionalidad filosófica de Heidegger al NS-Staat (aunque Bunge liquida sin pestañar con una línea toda la filosofía alemana desde Schelling a Husserl) se reduce a un vago predominio de intuición y a-cientificismo. En su libro de 1997 La ciencia, su método y su filosofía, vuelve sobre el tópico que “al fin y al cabo la teoría cuántica triunfó, en tanto que el nazismo, animado por la filosofía antiintelectualista, fue derrotado”, olvidando a la misma Historia fáctica. El reconocido premio Nobel en Física 1932 W. Heisenberg fue un entusiasta colaborador del régimen hitleriano, al igual que algunos otros científicos germanos de renombre como W. Gerlach , O. Hahn, P. Harteck, C. F. von Weizsäcker, K. Wirtz, H. Korschning, E. Bagge, y K. Diebner (muchos relacionados al triunfo de la mecánica cuántica). Curiosa, por desinformada, es la vetus et vulgata opinión que sostiene Bunge de creer que el NS-Staat (y los fascismos en general) se sostenían sobre un oscurantista a-cientificismo primitivo: basta someter su postura a control empírico para refutarla de cabo a rabo. El IIIº Reich era tecnológicamente el país más avanzado entre 1933 y 1945, desde las V-2 a los helicópteros, de los aviones a propulsión al ordenador, los submarinos eléctricos a la televisión, de la tecnología infrarroja a los misiles inteligentes. Los ingenieros y científicos de las ciencias duras, fueron los sectores académicos que más apoyaron el ascenso de Hitler. En realidad el IIIº Reich fue un modelo del cientificismo más radical y eficaz.

No se trata de defender lo indefendible: Martin Heidegger fue un nazi fervoroso y admirador de la figura del Führer Adolf Hitler. He escrito, traducido y tratado de demostrar en múltiples artículos que en la ontología heideggeriana existe indicios suficientes para hablar de una filosofía política in nuce, una filosofía práctica viva, que lo llevará, desde años anteriores a 1933, en primer término a las proximidades del polo “nacionalsocialista” y, en segundo término, esta filosofía práctica, con su particular re-working de Aristóteles a través de la Lebensphilosophie, fue la que le permitió valorar y compartir tanto ideales como objetivos con el NS-Staat. Martin Heidegger siempre estuvo dentro de la herradura ideológica del modernismo reaccionario, de la nueva derecha alemana surgida de la derrota de 1918. Pero a Bunge no le interesa nada de esto, ya que su enemigo no es Heidegger, ni llegar a comprender su compromiso político-filosófico, sino atacar toda forma de idealismo, todo aquello que trascienda el empirismo y la presunta “objetividad” de las ciencias. Se nos esclarece ahora su afirmación que “la filosofía no ha muerto, pero está gravemente enferma”. Como decía Corneille Les gens que vous tuez se portent assez bien.

En conclusión: para Bunge Heidegger nunca fue un “filósofo auténtico” (un a priori del positivismo lógico: la filosofía debe ser teoría de la ciencia y nada más). Ergo: es un mero “charlatán” en el que marginalmente coincidieron algunas ideas suyas con el núcleo duro de la ideología nacionalsocialista. Lo que le cierra una doble puerta al propio Bunge: a la compleja analítica existencial heideggeriana y a la comprensión de las filosofías del nacionalsocialismo y del fascismo genérico. Lo cierto es que Bunge nunca entenderá al propio Heidegger, y que jamás comprenderá las conexiones y nexos internos entre el pensamiento filosófico de Heidegger y su compromiso con Adolf Hitler. Y no es a causa del mismo Bunge sino del propio dogmatismo convencionalista del empirismo lógico. Heidegger será para Bunge un misterio insondable, “un discurso incomprensible y gimoteador”. Entendemos por qué…

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8 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Respecto al asunto de Bunge prefiero hacer una silenciosa reserva, es también inevitable que cualquier ponga en el silencio lo que quiere descubri o lo que tiene en sus narices.

Nietzsche sirve para esto, Nietzsche sirve para lo otro, Nietzsche sirva para atacar violentamente a la iglesia católica apostólica y romana, Nietzsche sirve para denigrar a lectores jovenes, Nietzsche sirve para desprestigiar los movimientos que buscan la emancipación y la renovación de la figura de la mujer. Para los Nazis era un figura que podía ser considerada de utilidad, alguno habrá querido desprestigiar el uso del simbolo y el sentido de lo hiperboreo y encontrar en esto un fin distinto al de esa brutal concepción, esto suele ser considerado como algo muy inmoral, como para la clase Noble Ateniense era indigno y reprochable hablar a Socrates.

Leer a una de las más importantes apariciones de la filosofía occidental(Hegel), al novedoso y siempre sugerente Marx o a un maestro de la Ontología( Heidegger) de una manera tan simplista es algo que no puedo compartir.

...Cuestión de diferencias entre linguístas y filólogos, muy propias además de la profesión, suele suceder en los gremios laborales que lo cambios abruptos sean vistos con desprecio e indiferencia.Luego una visión de la historia por una u otra adecuación según el angulo, todos de gran rigor.

Nietzscheanismo fascista no mas, respecto a la iglesia católica, creo que hay que comprender mejor el problema y no someterlos a agresiones constantes, por lo menos no apoyados desde el anticristianismo de Nietzsche.

Simplificaciones y comentarios ligeros, respuestas adecuadas alguna veces al interlocutor y su "grado" de ánimo para serlo. Se pide que se confronte la ligereza en todos los ambitos pues suele sufrir transformaciones, no se pide al lector que crea cualquier cosa, me conformo con que no quede inerte frente a un texto y otro.

Habemos rondando por el mundo animales apolíticos, alejados de las fiebres y de las vanguardias, este tipo de aclaraciones son muy buenas. Nuevamente una disculpa por los cruzes desagradables, antes de pensar en adherencia y utilidades deberíamos pensar en elaborar un pensamiento propio- cualquiera dirá "ilustrado pero sin imposiciones categóricas". Otro podrá replicar "Deleuze y Derrida el camino hacía el pensamiento pluralista".

Un felíz fin de año para todos.

4:45 p.m.  
Anonymous Anónimo said...

Quiero añadir algo: releí el artículo de Bunge y es penoso, siento decirlo pero así me lo parece.

Podemos criticar los artículos de este blog pero su estructura es mucho mejor que la de ese artículo. Ese no es panfleto malenmascarado, es abiertamente un panfleto, no conserva ni la más mínima elegancia.

En especial, cuando se pide el juicio libre del lector, no se le dan directríces tan estríctas y lo más sensato y con esto quiero aludir a mis comentarios, es pedir juicio libre sobre las propias palabras y en este caso poniendolas en el contexto de los presente artículos. Me extraña esto de Bunge, él tiene mejores anotaciones y mejores libros aunque yo no comparto el empirismo ingenuo.

Ahora, la lectura lógico-positivista es algo mucho más complejo que un grupo de afirmaciones de tono bélico, es una lectura del mundo en donde la racionalidad y la lógica formal predominan y en donde el mundo está abarcado desde estas, tampoco la comparto.

5:13 a.m.  
Anonymous Anónimo said...

Hola:

Aunque en términos generales estoy con Mario Bunge, sobre todo cuando su trabajo sirve para combatir las magufadas esotéricas antirracionalistas que vienen tanto a la izquierda como a la derecha, no puedo más que estar de acuerdo en la crítica que haces en este escrito. La verdad es que el Maestro Bunge si ha derrapado fuertemente en su crítica a Heidegger y no distingue la basura nazi del pensador riguroso que era este. He de decirte que a pesar que había leído cosas de Heidegger y sobre Heidegger, han sido tus escritos los que me han permitido valorarlo correctamente. Igual que con Nietzsche.

Feliz año y un abrazo, gracias por tu trabajo y sigo esperándo saber de tu libro y de como conseguirlo.

Darío

7:00 p.m.  
Anonymous Anónimo said...

Estimado Darío

Rechazar el sistema analítico-tautológico como medio principal e inmodificable para acceder al conocimiento no es irracionalismo ni esoterismo, el flexibilizar la razon hacía lo que el anterior medio no abarca en la literatura, el grupo y el individuo.

Para el estudio de los textos y contextos prefiero a Nicolás más que a Bunge, sin embargo es en poco con lo que me identifico yo con la epistemología estrictamente científica.

Unas felices fiestas y un cordial y enriquecedor año proximo.

9:09 p.m.  
Blogger tiberio said...

Independientemente del tema de fondo y de mi opinión al respecto, quiero hacer una aclaración: en el caso particular de Heisenberg es mentira que fuera un ferviente nazi. Por el contrario, fue el científico que más exquisamente traicionó al nazismo, y esto está verificado. No sólo le pasó un plano del reactor alemán a Niels Bohr- que luego lo llevó a los aliados- sino que dilató el proyecto de la bomba nazi, y no sólo enfriando entusiastas. Entre otras cosas, Heisenberg erró deliberadamente el cálculo de la masa crítica de Uranio-235, hecho también comprobado (busquen y encontrarán; es un tema interesante, hasta para ustedes.) Yo sé al editor-blogger no le debe interesar mucho hurgar fuentes ni buscar evidencias, pero por lo menos que tenga el decoro de no citar frívolamente cosas que tan olímpicamente ignora. Digo, ya que tanto reclama calidad... Mil gracias por todo, y sigan en el terreno de lo oscuro, donde no les va tan mal, por el momento.

5:16 a.m.  
Blogger NiklasGV said...

Tiberio: documentos del propio Bohr muestran inequívocamente que el famoso físico alemán Werner Heisenberg estaba construyendo fervorosamente una bomba atómica para su país durante la Segunda Guerra Mundial. Heisenberg era políticamente un conservador reaccionario pero creía en los ideales que encarnaba Hitler, como Otto Hahn, que no era un nazi estricto pero creía en el papel de Hitler. Heisenberg aparte visitó países ocupados (Polonia), utilizó mano de obra esclava y, por ejemplo, su madre tenía relaciones de amistad con la madre de Himmler.
Himmler tenía correspondencia directa con Heisenberg. Las revelaciones se hicieron públicas en 2002 por el Archivo Niels Bohr en Dinamarca, sepultan a una controversia que ha durado 60 años.

Después de la guerra, Heisenberg dijo que había hecho todo lo posible para sabotear proyecto de la bomba de Alemania para que el gobierno nazi tuviera el arma mortal. Es la única prueba documentada de esto el encuentor con Bohr en Copenhague. Pero las cartas no enviadas, escritas por Bohr a Heisenberg después de la guerra, revelan que durante una visita a Copenhague en 1941, Heisenberg le confesó a su mentor que estaba trabajando en una bomba militar para la Wehrmacht. Por otra parte, Heisenberg le dijo a Borg que confíaba en terminar exitosamente su tarea para el Reich.

La primera carta de Bohr, escrita en 1957, parece ser una respuesta directa a la negación de Heisenberg de la participación con la bomba, al leyenda que construyó después de 1945. En la carta, Bohr, afirma que durante la reunión de 1941, "se habló de una manera que sólo podía darme la firme impresión de que, bajo su liderazgo, todo se está haciendo en Alemania para desarrollar armas atómicas para ganar la guerra".

Y continúa: "Usted dijo que no había necesidad de hablar de los detalles ya que estaban completamente familiarizados con ellos y había pasado los últimos dos años de trabajo más o menos exclusivamente sobre los preparativos." Bohr nunca envió la carta, aunque elaborado varios borradores que le dio a su esposa, Margarethe, y su hijo, Aage, para escribir.

El historiador Gerald Holton de la Universidad de Harvard dijo a la revista "New Scientist" que la liberación de las cartas confirma lo que muchos historiadores ya sospechaban. "Ahora sabemos que la verdad ha salido a la luz", dice. Añade que no hay duda de que los recuerdos de Bohr eran exactos. "Bohr fue un científico excelente bien conocido por su prudencia."

Heisenberg, si fuera un resistente o enemigo del nazismo, podría haber tomado la misma medida valiente, por ejemplo, de Schrödinger, que cuando los nazis subieron al poder en 1933 renunció inmediatamente a su cátedra de Berlín. No fue el caso. Lamentablemente es una leyenda la idea que Heisenberg "traicionó exquisitamente" al nazismo. Una leyenda que se parece a la que sostuvo Heidegger después de 1945. Puedes consultar el "Heisenberg and the Nazi atomic bomb project: a study in German culture", escrito por Paul Lawrence Rose o el artículo en al revista científica "New Scientist" del año 2002. Un saludo y gracias por el comentario.

2:53 p.m.  
Blogger Unknown said...

Vamos por partes. El asunto no es tan claro, pero le concedo que se ha querido hacer de Heisenberg un adalid del antinazismo, que seguramente no fue. Cito en ese sentido el hecho de que para los científicos de los Alamos Heisenberg nunca fue más que un nazi servil que sólo falló en la bomba porque erró en el cálculo de la masa crítica de Uranio 234. Pero hay evidencias de que pasó algo más interesante. Y tienen que ver precisamente con ese calculito.
Ya terminada la guerra para Alemania, cuando Heisenberg se entera del bombardeo a Hiroshima, tarda menos de dos días en hacer las cuentas bien (y esto no es un mito. Me sorprende que no aparezca en sus fuentes. Pero, bueno... Le guste o no fue así)
Entonces, asumiéndolo: ¿Cómo es posible que Heisenberg no haya presentado los cálculos cuando su tan amado Führer más los necesitaba? Porque evidentemente Heisenberg estaba en condiciones de resolverlos... ¿Saben por qué? Porque Heisenberg era un traidor. Y ojo que no digo héroe (como acaso Schrödinger) digo un traidor. Desde el punto de vista nazi fue peor y más nocivo traidor que tuvo la causa... Y tampoco digo no digo, ni dije- como se dice- que Heisenberg fuera un resistente, ni siquiera un antinazi de closet. Simplemente digo que traicionó olímpicamente a Hitler... (Y por lo menos yo, le estoy agradecido.)
Es cierto que nada de esto anula la otra posibilidad: El "uy, un par de días y lo tenía..." Pero comparemos alternativas.
1) Heisenberg faltándole dos fatídicos días para resolver una cuenta, o 2) Heisenberg no poniendo el empeño debido cuando más se lo necesitaba.
Aceptar la primera hipótesis, deja la cosa en la categoría mítico-casual del destino. Aceptar la segunda (que como vimos tiene sostén) nos devuelve una imagen: Heisenberg, personaje conservador eventualmente fascistoide, que deviene héroe por no resolver una cuenta que es perfectamente capaz de resolver. No sé a usted pero a mí me parece bastante una imagen bastante más rica que cualquiera de las imágenes que los biógrafos de Heidegger me han hecho llegar, al menos de su lamentable período del III Reich en adelante. Gran saludo.

11:10 p.m.  
Blogger Unknown said...

Ah... claudiotiber es tiberio. Sepan disculpar.

11:11 p.m.  

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